Sobre el arte en el FACYL
Por Fernando García Malmierca.
La última edición del FACYL (Festival de las Artes de Castilla y León) trajo a la ciudad de Salamanca un importante número de espectáculos durante la primera quincena de Junio. El grueso de la programación estuvo compuesto por teatro, danza y actuaciones musicales de gran calidad y proyección internacional, programadas por la nueva dirección con Calixto Bieito al frente. Lo que aquí nos ocupa es la programación artística, que como viene siendo habitual en este tipo de festivales de masas (ejemplo el festival Algarbe 2010), queda reducida a un pequeño número de eventos, predominando el espectáculo sobre el arte visual.
Un acierto ha sido recurrir para la parte artística a la organización profesional de la galería Adora Calvo, por la cual pudimos disfrutar de la Performance “Ventana Cenital” de Olga Diego, en la Plaza Mayor de la ciudad. Con una caña de pescar dirigió un conjunto de globos que portaban una video-cámara, mostrando una visión cenital y bastante aleatoria, en una gran pantalla, interactuando con el público y desplegando un artefacto de aire dieciochesco, donde los elementos dispares se unían de forma sinérgica para crear una nueva máquina, para una nueva función.
La instalación de Santiago Sierra del “NO” frente al Banco de España, nos hace reflexionar sobre la oportunidad en este tiempo convulso de usar el “no” como respuesta, en una realización artística de lo que tantas veces ha proclamado el filósofo Agustín Gª Calvo: “el no es la única respuesta que hay que dar al poder, porque todas las revoluciones posibles terminan igual: negociando”.
Por último, quiero destacar la estupenda performance que nos ofreció Concha Jerez en el marco de el patio de escuelas de la Universidad de Salamanca, llamada “Caminando entre músicas diarias,”donde la artista realizó un acertado ejercicio de síntesis de su propia obra, desplegando elementos como el azar, los juegos del lenguaje, la geometría, el sonido aleatorio, la máquina musical y la imagen de un pasado que interactúa con el presente. Todo ello forma parte de sus obras anteriores, tanto plásticas como perfomáticas o sonoras. La realización fue impecable como corresponde a una gran maestra de la performance.
Esto nos hace reflexionar sobre la composición de un macro evento donde se echa de menos más arte producido para la ocasión. Los espectáculos de circuito son necesarios y es loable la calidad y el criterio con el que han sido programados, pero es necesario la producción propia y más en una ciudad como Salamanca donde hay una pequeña infraestructura cultural y donde viven artistas notables que no pueden o no deben ser ignorados. El festival alternativo FAQUIR, ha venido, en la medida de sus posibilidades, a suplir esa carencia. La ampliación de las actividades profesionales y un impulso al festival alternativo darían el espacio y la dignidad que se merecen el arte visual, para que este FACYL se vaya consolidando en una línea sólida y acorde con las expectativas de la ciudad de cultura donde se celebra.