Vendrán tiempos mejores
Por José Angel Barrueco
En 1994, en Ediciones Detursa, publicaron un volumen de textos escritos por Ray Loriga, muchos de los cuales habían aparecido en las revistas El Europeo y El Canto de la Tripulación. Para sus lectores de siempre se trata de uno de sus libros más míticos, más personales: Días extraños.
En aquella época no lo compré ni lo leí porque entonces no me interesaba la obra de Ray Loriga. Luego algunas chicas, que a menudo son quienes suelen abrirnos los ojos a los hombres, me convencieron para leer sus libros. Desde entonces me convertí en un lector fiel de su obra. Los últimos títulos me gustan algo menos, aunque aún no he empezado Sombrero y Mississippi.
He tardado años en hacerme con un ejemplar de Días extraños. Meses y meses de búsquedas en las librerías de viejo, de consultas interminables, de pesquisas por internet. Es, quizá, la obra de Ray Loriga más buscada por los lectores. Años atrás creímos que iban a reeditarla, pero finalmente aquella idea germinó en Días aún más extraños (El Aleph Editores).
En la misma colección, por cierto, publicaron otro volumen de esos que también hacen historia y que nadie ha vuelto a reeditar y no hay manera de conseguir: me refiero, claro, a Los planos de la demolición, de El Ángel.
Ahora que ya he leído Días…, ahora que lo tengo en mi poder, admito que es uno de sus mejores libros. Son textos breves o muy breves, a veces sólo aforismos y anotaciones, que embrujan, que sugieren, que hay que leer con lápiz y papel a mano para ir apuntando las frases más impactantes. La obra destila cierta melancolía y está presidida por las sombras de John Fante y Charles Bukowski, lo cual me agrada. No olvido que empecé a leer a Fante porque lo recomendaba Loriga, hace siglos, cuando ni siquiera Anagrama le había echado el guante a sus novelas.
Días extraños merece una reedición por varias razones. Porque, insisto, es un libro que embruja. Porque aquella edición estaba plagada de erratas y gazapos y le conviene una limpieza de errores. Porque las nuevas generaciones (aunque suene fatal) no conocen este título ni pueden acceder a él, salvo si acuden a las bibliotecas y guardan la oportuna espera (en las bibliotecas a las que yo iba siempre estaba prestado). Y porque, joder, Ray Loriga se lo debe a sus lectores más fieles. Uno de los textos empieza así: Vendrán tiempos mejores. De ahí el título de este artículo.
¡Y qué decir de la portada, preciosa pistola (¿revólver?) sobre un fondo acartonado y mate de un azul imposible, jeje! ¡Yo soy una de las afortunadas que lo tiene de la época! Un saludo, Jose ángel.
Yo lo quiero, lo quiero, lo quiero….me impactó tanto cuando lo leí que me arrepiento de no haberlo robado de la biblioteca. Reedición YA!!!