Por Elvira Navarro.

La literatura no da respuestas, le basta con formular las preguntas adecuadas. La literatura no explica, tan sólo muestra. Adoro a los grandes explicadores: Henry James, Virginia Woolf, Thomas Bernhard, Philip Roth. No importa el qué, sino el cómo. Viva lo concreto, muera lo abstracto. La escritura no representa: crea, acontece. Has de elegir bien el punto de vista. El lector no es tonto. Lo escribí porque no pude evitarlo. El cuento es un género menor. El cuento no es un género menor. Cuando llegue la inspiración que te encuentre trabajando. La inspiración es una categoría antigua. La ciencia revela que el sujeto ya no es más que un conjunto de procesos (Zadie Smith cooptada por la neuroestética, según James Wood). Eso lo cambia todo. Eso siempre se ha sabido y no cambia nada. Hay que tener cuidado con el ego. “Creo que la ficción que no reconoce la incertidumbre del narrador mismo es una forma de impostura que encuentro muy, muy difícil de asumir” (Sebald). ¿Pero no habíamos quedado en que el lector no es tonto, en que está al tanto de que la ficción es ficción y de que el narrador débil es también una impostura?  Te sorprendería lo tonto que es aún el lector.  El arte que no pone de manifiesto sus propios mecanismos no puede ser considerado hoy como arte. No necesito que me lo estén recordando cada tres líneas. Lo dijo Carver. Lo dijo Chéjov. Lo dijo Poe. Lo dijo David Foster Wallace. Lo hizo Amy Hempel. Lo hizo Agota Kristof mejor que nadie. Qué aburrimiento. Asociaciones insólitas: por eso seguimos leyendo a Homero. Leo porque sí hay respuestas en la literatura. Leo para conocer, para recorrer el límite. Lees para reconocerte, para celebrar tu identidad. Somos como niños: no queremos una palabra de más ni de menos. Debemos ir a por las palabras de más y de menos. A menor extensión, mayor intensidad. Los cuentos no me saben a nada. En las novelas, en cambio, me instalo. Siento su peso. ¿Cómo pretende nadie que se le aguante durante 100, 200, 300 páginas? Es una descortesía. Hay un dominio de la narración pura, del ritmo, del acontecer, tan artístico como el estilismo por el que abogaba Nabokov. Duras decía que si ya sabes lo que va a pasar por el camino, para qué emprenderlo.

Esta poética se publicó originariamente en Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual  (Ed. Menoscuarto. Col. Reloj de Arena. 624 páginas. ISBN  978-84-96675-48-3).