La risa del Bodhisattva
Existe una (supuesta) capacidad humana que todos, en algún momento, nos hemos atribuido con orgullo: la plena autonomía (de opinión, de acción…).Nos consideramos, en cierta manera, únicos : nos hacemos a nosotros mismos, no necesitamos de los demás para nuestro crecimiento vital, vivimos en “nuestro” mundo. No seré yo quien niegue la veracidad cognoscitiva de este aserto, mas es considerable el peligro inherente a una progresiva independencia de la realidad exterior, la cual nos ampara e incluye a los demás.
Atendiendo al texto del Buddha en torno al amor incondicional, se comprende, simple pero profundamente, que, en la tradición budista, el interés por el bienestar y el desarrollo vital/espiritual de los demás es la clave del propio desarrollo vital/espiritual.
El impulso hacia algo más elevado y más allá de los confines del mundo es innato en todo lo vivo, pero es un impulso ciego, como el de la planta que se eleva en la oscuridad. El boddhisattva es un ser (sattva) dedicado al logro de la Iluminación o el despertar (bodhi). Es un ser en el que el impulso por crecer, que está presente en todos los seres vivos, se ha convertido en algo consciente y, por ello, encarna con sus actos esta evolución al alimón encaminada a la liberación de las ataduras del mundo. La generosidad ilimitada es su modo espontáneo de llevarla a cabo.
Todas las formas de vida están relacionadas mutuamente; ninguna es independiente del resto. Todos vamos juntos en este viaje.La figura que protagoniza el vídeo es la manifestación plausible de esta idea. La alegría que genera e irradia no tiene intención de recompensa personal, no busca el éxito, sólo la sencilla realización de la naturaleza que todos los seres, en este caso las personas, compartimos. Entendemos la suave fuerza de la compasión cuando la risa surge al contemplar este documento audiovisual.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=jedd2FiZTqM[/youtube]