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No haber nacido, de Gonzalo Escarpa

No haber nacido, de Gonzalo Escarpa. Delirio. 48 páginas. 2ª Ed. Béjar, Febrero de 2009.

Por Alberto García-Teresa.

El extenso poema que integra exclusivamente este librito ofrece una voz propia, con un estilo muy personal, que se plasma en una pieza tremendamente sugerente, en la sobresale la técnica de la yuxtaposición y la fuerza de su ritmo.

No haber nacido presenta un contraste marcado entre dos planos que se yuxtaponen en el texto. Uno de ellos tiene un carácter más reflexivo y otro (señalado por un sangriado especial) posee un tono más narrativo, y deja constancia de la injusticia y de la explotación de nuestra sociedad. Esto lo hace particularizándolo, mencionando especialmente a inmigrantes («me contaron que sólo / al mundo le faltaban / más sillas / no hay sillas para todos»), pero poniendo de manifiesto su carácter colectivo.

Utiliza una absoluta libertad métrica, con versos irregulares de muy diversa extensión y abundantes encabalgamientos. Sin embargo, imprime un ritmo muy marcado, definido tanto por la ausencia de puntuación como por la convivencia de planos (que también es de registros). A veces, encontramos un chorro de conceptos, de palabras (especialmente en forma de enumeraciones), que acentúa la sensación de frenesí.

También se produce una constante descolocación a varios niveles. Éste es uno de los efectos más continuos y mejor conseguidos de la obra. Lo consigue mediante el léxico (al emplearlo fuera de contexto, o en contraste y gracias a cierto tono provocador) y los registros (al sumar versos groseros y versos metafísicos). No en vano, Escarpa declara que «no hay palabras / que no deban usarse en un poema».

Se entrecruzan las aspiraciones con la descripción crítica y poética del mundo: «esta vida es un circo». Por eso se aprecia con fuerza una angustia ante la vida hueca (una ansiedad incrementada por su ritmo hipnótico): «se me quitan las ganas de seguir / respirando». Así, casi como un estribillo se repiten los versos «lamentarás / no haber nacido aquí / no haber nacido».

Escarpa juega con el propio lenguaje. Pero su pretensión más arriesgada consiste en tratar de desbaratarlo, y lo reduce a un balbuceo insustancial, enunciado sin pretensión de ser comprensible; calco de la repetición de dogmas y clichés propias de una audiencia adormecida: «vivo en un barrio muy bonito / bebo en un barrio muy beneto / vago an in parreo mus banote».

Ese barrio al que alude precisamente en ese primer verso es una referencia continua en el texto, como símbolo del mundo propio del poeta («de todo lo que escribo / prefiero lo vivido»).

A ese respecto, en el poema se integran versos, estrofas o títulos de otros poetas «que viven en mi barrio». Se trata de Octavio Paz, Parra, Cernuda, Epiménides, Borges, Valery o Kenzaburo Oé. Escarpa se apoya tanto en la cita explícita como en su connotación. De igual modo, menciona a personajes famosos; escritores especialmente pero también músicos y deportistas.

No haber nacido también nos proporciona algunas metáforas francamente poderosas, como «el tiempo era una muela interminable / donde la lengua no sabe qué hacer» o «el ruido aniquilado / por bandadas de ipods que son nieve en la oreja del paseante».

De este modo, Gonzalo Escarpa nos presenta una pieza muy trabajada, con una interesante búsqueda estética y de ampliación de la evocación.

ISBN: 978-84-936877-2-4.


http://www.delirio.es/
http://www.escarpa.net/

 

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