Poemas para los demás, de Ángel Guinda

Poemas para los demás
Ángel Guinda

Por Alberto García-Teresa

Frente a una poesía ensimismada, Ángel Guinda manifiesta su hondo deseo de comunicación desde el mismo y expresivo título del volumen. Abre el libro precisamente el «Para todos escribo» de Vicente Aleixandre. Y, frente al «escribo como hablo» de Blas de Otero, él sentencia: «Escribo como vivo. / Escribo como soy».

Guinda, ese escritor que habla del «poeta en el mundo», se manifiesta como un poeta partidario «del placer, de la paz, de la felicidad: es decir, de poner patas arriba el mundo», y en sus textos insiste en ello. Así, el poemario se convierte en una continua declaración de cómo vive y escribe el poeta (o cómo aspira a hacerlo).

En otro momento, explica que «escribo con semillas». De este modo nos lleva a su convicción de la «poesía útil», que es por la que él apuesta. Busca entonces un poesía que germine y dé fruto en el lector, que transmita su vitalismo (quiere «vivir, sólo vivir») y su espíritu transformador. Por tanto, también puede leerse el libro como una poética a favor de la escritura imbricada en el ser humano, dado su continuo discurso metaliterario.

Guinda habla con certezas, con explicaciones, aunque nunca señala que éstas deban orientar al lector sobre cómo vivir. Sin embargo, sí se dirige con frecuencia a los poetas: «Dejemos de mirarnos el ombligo. / Se acabó predicar. A sembrar trigo». Y añade: «exigimos poetas subversivos». Y dice que quiere «poemas solución a los problemas / (…) escribamos poemas herramientas». En esa línea, aclara que «todo poema debe ser un útil / para arreglar el mundo / –el mundo propio y el de los demás» puesto que «la poesía debe repercutir».

Por otro lado, plasma su utopía en “Nuevo orden”, donde explica que «la sociedad prioriza al individuo». A ese respecto, también señala en otro momento que busca la «rebelión del yo» y desarrolla y varios poemas, “Pintadas” y “Pancartas”, con lemas y declaraciones sintéticas.

Sin embargo, a pesar de ello, explica que «amo la realidad por misteriosa», y que «sé que la verdad es engañosa». A pesar de lo explícito de la mayoría de las piezas, pone de manifiesto una actitud de búsqueda y una comprensión de la contradicción como esencia de la vida («¿dónde abarcar / el abismo, / contener el vacío?»).

También ofrece textos más metafísicos, donde se apunta al sentido de la vida y del vivir, y, aunque llega a algunas conclusiones, poco reveladoras, demuestra una coherencia clara con su postura ética y estética.

Todo el libro destila un talante optimista, contagioso por la frescura de sus versos. Siente la escritura como un impulso vital. Los 60 años no le parecen pesarle a este hombre en ese sentido, y sus piezas parecen fruto de un poeta joven. Al respecto, él nos da la clave. Como si de un trasvase de energía se tratara, propone que «es bueno que los cuerpos / cansados de vivir / se acoplen a los cuerpos juveniles; // de esta forma / la vida se trasvasa / y se ahuyenta la muerte». De ahí su crítica a una sociedad descafeinada («generación cero», la llama).

Poemas para los demás rebosa ironía. Y con esa misma actitud encara la posibilidad de la muerte, la cual se cuela en varias de sus piezas: «El poeta Ángel Guinda / desertó de este mundo. // De espaldas a la muerte / y abrazado a la vida».

Utiliza el verso libre, aunque emplea la rima en distintas ocasiones, de forma irregular en las estrofas; especialmente la rima consonante. También emplea abundantemente estructuras paralelísticas.

De este modo, la última obra de Ángel Guinda se apoya y profundiza en su poética práctica, humanista y energética y nos ofrece una efervescente necesidad de diálogo y comunión.

Poemas para los demás
Ángel Guinda
Olifante
72 páginas
Octubre de 2009
ISBN: 978-84-85815-92-0

http://www.olifante.com/
http://www.angelguinda.com/


 

 

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