Redención

Por Javier Vázquez Losada

Comunión es el primer libro de relatos de Eloy M. Cebrián. Sin embargo, algunos de los relatos que contiene el libro habían sido ya ganadores de premios literarios y, era de justicia, han podido ser reunidos junto a otros de nuevo cuño en esta acertada colección.

No en vano los publica Alfaqueque, palabra cuya primera acepción es «Hombre que, en virtud de nombramiento de autoridad competente, desempeñaba el oficio de redimir cautivos o libertar esclavos o prisioneros de guerra». Y, en esto del cuento hay mucho de esto que se dice de un alfaqueque, hay un mucho de redención de textos que, por mor de los premios literarios o por mor de la dificultad intrínseca de su publicación no acaban viendo la luz o teniendo el brillo que merecen. Cuentos como cápsulas estancas en libros más o menos bien intencionados en este o aquel certamen al que el cuentista ha de ir, de acuerdo, pero que dejan la sensación de esclavo al que hay que liberar, al que hay que redimir. Esos cuentos con vida propia pero que han de formar un cuerpo nuevo con sus semejantes.

Ésa y no otra es para mí la «comunión» del libro ―por otro lado entiendo que el relato con ese nombre no está entre los mejores del libro ya que los hay excelentes― donde pueden, sí, comulgar cuentos escritos en diferentes épocas, con diferentes propósitos, con el denominador común de su calidad y de un pulso narrativo firme, sin titubeos, muy por encima de la media, que muestra y demuestra las habilidades narrativas de su autor, ya comprobadas anteriormente con sus novelas, especialmente la desopilante y muy recomendable Fantasmas de Edimburgo, editada por El Tercer Nombre.

Teniendo en cuenta todo esto, lo fácil hubiera sido titular estas líneas del siguiente modo: «La hostia», y seguramente me arrepienta de no hacerlo, de no haber caído en la tentación ―también tuve otra tentación, «Doce campanadas», y es que son doce cuentos terminados por quien esto escribe a pocas horas del «armaggedon» anual y, disculpen la metáfora, resonantes e intensos como eso, como campanadas―.

En la contraportada del libro se puede leer acerca de las influencias y los ecos de los doce relatos, algunos, como los borgianos, son indudables en el claustrofóbico «La Torre» o en «Las tres versiones de El Sur». Pero además habría que acudir a las resonancias indudablemente chejovianas que coronan un libro oscuro, visionario, que parece diseccionar el alma humana a cada intento, a cada relato, a cada personaje que camina en él, casi siempre con el paso cambiado, como en el excelente «Libélula» o como en un relato de maestro, «Monos de mar». Siempre a la espera del golpe que nos tumbe como lectores, llegando éste al final ―«Objetos personales»― o in media res en el desconcertante «El hombre que respondía a los correos basura».

Relatos donde el sujeto se hace pequeño en su entorno, se cierra a sí mismo las vías de escape y tiende a caer en el abismo ―«Igual que entonces»― o en la propia locura de la existencia en sociedad ―«Sonidos de un piso vacío»―.

Como en el cuento análogo es un libro para leer o vivir en anamorfosis, hay que buscar el ángulo adecuado, preparar el ánimo o el ojo lector y encontrar ese lugar, esa escalera figurada donde no pueda ser mirado y admirado de otro modo. Entonces las piezas encajan, la mirada del mundo que tiene el autor es la nuestra y somos testigos de excepción y nos empapamos de los recovecos del alma humana.

Comunión
Eloy M. Cebrián
Alfaqueque Ediciones, 2009.
188 páginas
PVP 15.95 €

Javier Vázquez Losada (Orense, 1967). Licenciado en Derecho, abogado y escritor. Profesor de escritura creativa en los talleres Fuentetaja. Colabora con diferentes empresas en la creación y desarrollo de guiones y proyectos editoriales.
Ha publicado la novela Los átomos errantes, IX Premio Internacional de Novela Salvador García Aguilar. Como poeta ha publicado el libro Casi sin querer (Ediciones Baile del Sol, 2009) y ha ganado el Premio Blas de Otero de Poesía 2009 con el poemario La vida en un día. Ha ganado varios premios de relato y narrativa breve y aparece en varias antologías en España y América Latina.