Entrevista a Luis García Jambrina
-Los encuentros en Verines cumplen su XXV Edición, ¿cuál podría ser el balance?, tú has estado al frente de casi la mitad de ellas.
Organizados por la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, y la Universidad de Salamanca, a través del Servicio de Cursos Extraordinarios, con la colaboración del Gobierno del Principado de Asturias y la Fundación Príncipe de Asturias, estos «Encuentros de Verines», como popularmente se los conoce, siempre han tenido como principal divisa y empeño la diversidad lingüística y la pluralidad estética. En ellos, han participado ya más de cuatrocientos escritores de las distintas lenguas, tendencias y generaciones españolas, que han debatido sobre el estado actual de nuestras letras, en sus distintos géneros, y desde su particular punto de vista y experiencia personal. Recordaba, en cierta ocasión, Víctor García de la Concha, su principal impulsor y director hasta 1998, que alguien había dicho que este tipo de reuniones no sirven para nada y, por eso, resultan indispensables. En el caso de los Encuentros de Verines, cabe decir, desde luego, que han hecho historia dentro de la literatura y la cultura española de las dos últimas décadas. Para empezar, allí se han debatido, con rigor y amenidad, todo tipo de cuestiones relacionadas con la creación literaria en las diferentes lenguas nacionales. Y, en este sentido, puede decirse que también los Encuentros de Verines contribuyeron, de alguna forma, a la creación de ese estado plural de las autonomías, en el que no sólo conviven diferentes lenguas y culturas, sino que, además, éstas se influyen y enriquecen mutuamente. Asimismo, en Verines se gestaron muchas publicaciones y proyectos que ahora son referencia imprescindible en los estudios literarios y en las bibliografías. Por no hablar, claro está, de lo que han podido significar estos Encuentros para los muchos escritores que en ellas han participado. Muchos de ellos acudieron a Verines cuando apenas tenían obra y eran poco conocidos, y ahora son autores fundamentales de la poesía, el ensayo, el teatro o la narrativa, en castellano, vasco, catalán o gallego.
-La de este año ha sido muy especial, abordando el periodismo cultural de hoy, ¿cuáles son tus impresiones?
Mi valoración es muy positiva. Y creo que también la de todos y cada uno de los que allí estuvieron, incluido el Director General del Libro, Archivos y Bibliotecas. Lo más interesante para mí, fue el aliento positivo con que se encararon los debates; nada de quejas ni lamentos. Se hicieron análisis muy realistas y se buscaron salidas a la crisis por la que está pasando el periodismo cultural. En este sentido, los debates tuvieron altura e interés. Tal vez lo más importante en líneas generales es que de este Encuentro van a salir cosas de relieve, como la creación de la Asociación de Periodistas Culturales. También hubo propuestas de búsqueda de nuevas ideas y formatos para renovar el periodismo cultural. Creo que todo el mundo se mostró muy consciente de que era necesaria una transformación del periodismo cultural. Sin duda, este ha sido uno de los mejores Encuetros de Verines.
-¿Cuál es tu postura en relación con el imparable avance de la edición digital?
-Creo que tanto autores como editores debemos ser conscientes de que el libro digital, querámoslo o no, es el futuro que no aguarda a la vuelta de la esquina. Así que lo mejor será adaptarse a ello, de una forma imaginativa y racional, antes de que sean otros los que acaben imponiéndolo desde fuera y a su manera. Hay que intentar que el cambio de soporte no ponga en peligro la industria del libro o la supervivencia del escritor.
-¿Crees posible, y también necesaria, la creación de una Asociación Nacional de Periodistas Culturales?
-Dadas las actuales circunstancias, me parece que es indispensable, para poder impulsar y liderar el proceso ese proceso de reciclaje, transformación y cambio que, se quiera o no se quiera, ya se está produciendo dentro de este sector. Si algo ha quedado claro en Verines es que hay que proteger y reinventar el periodismo cultural.
–Una característica de los periodistas presentes en los Encuentros es el hecho de que una mayoría son también escritores. Es también tu caso, ¿cómo afrontas esa dicotomía?
Intento compaginarlo todo como puedo, procurando mantener separadas, hasta donde es posible, las distintas facetas.
-Al hilo de eso, El manuscrito de piedra, la novela que tú has publicado en Alfaguara, ha tenido un notable éxito, con cinco ediciones y preparando el inminente lanzamiento en el formato de bolsillo. ¿Lo esperabas? ¿Opinas, como Borges, que la literatura no es otra cosa que un sueño dirigido?
Lo deseaba, claro, pero no lo esperaba, pues había hecho una apuesta muy difícil. Por eso, soy el primer sorprendido. Lo importante, en este caso, es que la novela se ha ido abriendo paso poco a poco, hasta conseguir el favor de los lectores, gracias al boca a boca (el directo y a través de internet); el prestigio crítico, gracias a las numerosas reseñas y comentarios que han aparecido en muy diversos medios, y a la inclusión como finalista en diferentes premios; y, por último. el reconocimiento de los colegas, gracias, sobre todo, al Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza que le concedieron a mi novela hace unos meses.
La literatura tiene mucho de sueño dirigido, pero también hay un momento en que es el sueño el que te dirige a ti, y, de alguna forma, te va diciendo por donde tienes que ir, al menos es esa mi experiencia en la escritura de esta novela.
-El futuro… háblanos de los próximos encuentros, en el 2010, también la posibilidad de la nueva novela en las mismas fechas.
Desde hace algunos, los Encuentros de Verines han entrado en un proceso de progresiva “internacionalización”, de apertura a otros ámbitos, en busca de una literatura sin fronteras de ningún tipo. De ahí que, por ejemplo, en el año 2006, hiciéramos un Encuentro titulado “América desde las dos orillas: sueño, mito , utopía, literatura”, en el que también participaron algunos escritores hispanoamericanos. En el 2010, nos ocuparemos de la recepción y de la proyección de las letras españolas actuales en Europa. Y, en efecto, es muy probable que para entonces haya aparecido ya mi segunda novela, pues llevo ya un tiempo escribiéndola, metido en ella. Se trata de una continuación de El manuscrito de piedra.
Javier Vázquez Losada.