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Un Beaumarchais sensacional, al mejor estilo de la Comedie Française

Por Horacio Otheguy Riveira

Las bodas de Fígaro en el Teatro de la Comedia, sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, es un nuevo éxito de esta casa, esta vez proveniente del no menos importante Teatre Lliure de Barcelona, una producción que ya llenó a diario cuando estrenó en 1989 este mismo texto con otro reparto, dirigido por Fabià Puigserver, prematuramente fallecido pocos años después. Aquella puesta en escena la repone ahora Lluís Homar, quien mantiene y fortalece la frescura de una concepción escénica basada fundamentalmente en la creatividad de sus intérpretes.

Sobre un decorado con muy pocos elementos, hombres y mujeres de distinta extracción social luchan por su derecho al placer en confortables lechos sin castigos ni discriminaciones. Una maravilla con sobresaliente diseño de vestuario que, además, acaba con un número musical espléndido en el que interviene toda toda la compañía.

Después de El perro del hortelano y la reposición de El alcalde de Zalamea, es decir, después de nuestros geniales Lope de Vega y Calderón de la Barca, saltamos de la comedia de enredos y el drama social del Siglo de Oro a la revolución de costumbres de Francia, aproximadamente un siglo después, cuando ya se entretejía nada menos que la Revolución francesa.

La cosa viene de la mano de Caron de Beaumarchais (1732-1799), un aventurero culto, literato y teatrero que en 1785 compuso esta comedia para poner a caldo la estupidez de la altiva aristocracia frente a las habilidades del pueblo llano y su necesidad de supervivencia. Y entretanto, el devenir de mujeres que luchan por sus derechos y se enfrentan —agitadas, pero finalmente triunfantes— a las veleidades de hombres que siempre las pretenden jóvenes, más jóvenes por favor, pero cuando están saboreando la deliciosa lozanía de una mano y luego un brazo, tan prometedores de inminentes paisajes, no se dan cuenta que en realidad están adorando la piel de su propia esposa… embozada.

Mucho y muy bueno hay en esta formidable función que es un festivo, y no por eso menos profundo, cocktail de comedias de costumbres de antes, mientras y después de la época del autor, un hombre de vida tan intensa, que otro creador del siglo XX como Sacha Guitry le dedicó una obra teatral que Josep Maria Flotats estrenó en el Español hace unos años.

Entre sus muchas aventuras, Beaumarchais forjó un personaje del que se apropiaron muchos lisa y llanamente como Giacomo Rossini para su ópera bufa El barbero de Sevilla, y menos bufonesco con su toque lírico profundo, Wolfgang Amadeus Mozart para componer sus propias Bodas de Fígaro, sin problemas de derechos de autor.

Y es que se trata de un personaje sabio y divertido, conquistador de damas y plebeyas en busca siempre de la libertad y la justicia, pícaro y hábil en mil y un entuertos con vocación de filósofo capaz de marcarse un monólogo, frente a un numeroso público que viene riendo y de pronto se queda perplejo divagando sobre lo humano y lo divino, escena magistral que tiene en su joven intérprete, Marcel Borràs, a un impresionante dominador de emociones, con óptima vocalización y notable ritmo escénico: sólo habla, pero cómo lo hace, con cuántos matices, todo él en ese momento conforma un gran espectáculo dentro de una producción con fabulosos comediantes muy bien integrados en una gran fiesta coral.

 

 

El Teatre Lliure cumple este año 40 años y lo celebra con la puesta en escena de Las bodas de Fígaro de Caron de Beaumarchais, un montaje emblemático del Lliure que en 1989 dirigió Fabià Puigserver, y ahora retoma Lluís Homar.

La Compañía Nacional de Teatro Clásico se suma a esta celebración, coproduciendo este montaje junto al Teatre Lliure, institución con la que la Compañía  ha compartido proyectos en los últimos años.  Así, la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico y la Kompanyia del Lliure  se unieron en la creación y exhibición nacional e internacional de El caballero de Olmedo de Lope de Vega, que dirigió con gran acierto Lluís Pasqual en 2013. Posteriormente, dos montajes de la CNTC, La vida es sueño y El alcalde de Zalamea, ambos de Calderón de la Barca, han formado parte de las temporadas de programación en el teatro barcelonés.

Ahora, tras su estreno en Barcelona, el Teatro de la Comedia de Madrid acoge Las bodas de Fígaro. Será la segunda vez que este título, hoy renovado desde la mirada del nuevo equipo que lo defiende, recale en este lugar donde tuvo una espléndida acogida en el 89.

Helena Pimenta. Directora de la CNTC

LAS BODAS DE FÍGARO

Espectáculo que realizó gira durante cuatro temporadas, y se pudo ver en Madrid, Sevilla, Düsseldorf, Stuttgart; A Coruña, Barakaldo, Logroño, Pamplona, Alicante, Bilbao, Córdoba, Murcia, Toledo y Valencia.

Autor: Caron de Beaumarchais
Traducción al castellano: Pau Miró
Dirección: Fabià Puigserver (1938-1991)
Dirección de la reposición: Lluís Homar
Coproducción: CNTC/Teatre Lliure
Intérpretes (por orden alfabético): Manel Barceló, Marcel Borràs, Oreig Canela, Joan Carreras, Oriol Genís, Mónica López, Eduard Muntada, Victòria Pagès, Albert Pérez, Diana Torné, Aina Sánchez, Óscar Valsecchi, Pau Vinyals
Música: Josep M. Arrizabalaga
Grabación: Orquestra de Cambra Teatre Lliure
Sonido: Jordi Bonet
Iluminación: Xavier Clot
Caracterización: Eva Fernández
Vestuario: César Olivar
Escenografía: Rafael Lladó (Fabià Puigserver)
Adjunto a la dirección y movimiento: Óscar Valsecchi
Teatro de la Comedia. Del 3 al 26 de febrero de 2017.

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