Las singulares Princesas del Pacífico

Por Sara Zambrana

 

 

Las Princesas del Pacífico es una tragicomedia sorprendente y delirante que lleva conquistando al público desde hace más de diez años. Mucho tiempo para una obra que podría haberse quedado desfasada pero que, sin embargo, ha ido ganando años y madurando como un buen vino. Es curioso cómo me negaba, al inicio de la representación, a meterme en ese pequeño mundo hogareño y anticuado en el que viven dos personajes que bien podrían estar sacados de las más populares películas de Almodóvar –cayendo en el tópico más simplista–; la verdad es que igualmente desconfiaba de las risas de un público ya conocedor de la obra el cual, tan sólo pasados escasos tres minutos, ya reía con la fuerza de la convicción.

Rechazaba esa empatía pero al final caí, más tarde pero feliz de hacerlo, porque la fórmula que se plantea con tanto cariño también me recordó a mí —como así fue la idea inicial de su director, José Troncoso—, a algunos habitantes de los barrios de las ciudades gaditanas, a esas señoras, bromistas y dicharacheras hasta en la más frustrante miseria.

Más tópicos inundan mis palabras al hablar de esa, en apariencia, alegría que resuena en las pícaras y maliciosas carcajadas de una mujer y su sobrina —sevillanas al final— que no viven, sino que fingen vivir a través de la realidad que transmite su más preciada puerta al exterior: la televisión, y en concreto, los programas de sucesos, a lo que se suman los rumores y chismes de desgracias ajenas de las demás vecinas.

El señor del gas llama insistentemente para que su factura sea pagada pero, Agustina y Lidia, “la tita” y “mi Lidia”, continúan escaqueándose tras tener el gran golpe de suerte y por fin ser la envidia de las marujas al ganar un viaje en crucero. Su periplo no obstante será incómodo, vergonzoso y muy violento, pero también habrá momentos para la risa y el bailoteo. Se hace presente la comedia de tipos italiana mas bajo una relectura y una actualización poderosas y singulares. Mucho tiene que ver el proceso creativo y el método de trabajo, donde tanto el director como las actrices son activos partícipes del texto y la trama.

Así es, pues fue una agradable sorpresa conocer a sus intérpretes, sencillos y modestos, que nos regalaron simpatía y agradecimiento a aquellos asistentes a este reestreno. Nos revelaron aspectos propios de la intimidad de la creación, como la inexistencia de un texto inicial y la importancia de la improvisación, la complicidad y el placer como modus operandi, combinados con la constante búsqueda de personajes mutables, con amplios matices o incluso impredecibles, para hacerlos capaces de afrontar los grandes giros dramáticos. Es esta prueba constante a la adversidad, a ratos sólo en clave humorística mientras que en otros se sitúa en la catástrofe y la fatalidad, lo que los eleva a buenos personajes. Eso sí, son buenos porque las intérpretes, Alicia Rodríguez y Belén Ponce de León, los han construido y alimentado, porque les han dado el suficiente carácter para serlo.

También quiero destacar esos momentos en los que se rompe la cuarta pared, muy propio asimismo de este tipo de comedia y aquí realizados en el momento crucial para ganar definitivamente al espectador; la fórmula de repetición como recurso cómico, muy bien empleada y desarrollada; recursos muy hábiles para incluir al resto de personajes imaginarios; y la estructura, clásica y definida.

Drama social y comedia hilarante que, aunque en un principio pueda sufrir el prejuicio y la poca estimación, sin duda resulta ser una tragicomedia notable que incita a la perplejidad y a la risa.

Texto: José Troncoso, Alicia Rodríguez y Sara Romero

Iluminación: Juanan Morales

Fotografía y diseño gráfico: Ignacio Ysasi

Compañía: La Estampida Teatro

Teatro Guindalera (Madrid) Del 1 de abril al 1 de mayo

TEATRO GALILEO, A PARTIR DEL 12 de noviembre 2016

Datos prácticos:

Funciones previas : sábado 12 y domingo 13 de noviembre a las 20 horas
Sábado 26 de noviembre (ESTRENO OFICIAL) a las 20 horas
Domingo 27 de noviembre a las 20 horas

Viernes 2, sábado 3, domingo 4, lunes 5, martes 6 de diciembre a las 20 horas
Jueves 8, viernes 9, sábado 10 de diciembre a las 20 horas
Viernes 16, sábado 17 y domingo 18 de diciembre a las 20 horas