Orán ya no te quiere, de Carlos Erice Azanza
Por Marta Marne de Leer sin prisa.
Leire lleva una vida tranquila en Pamplona. Es camarera en un bar por las mañanas. A pesar de su juventud es una de esas personas que aprecian y disfrutan de los pequeños detalles, de los clientes que pasan por el bar cada día. A por un café, a por el desayuno, a por un vino, a por un vermout. Ese tipo de clientela con la que acabas forjando algo más que una relación de camarero-cliente.
Quizá por eso es una de esas extrañas jóvenes que están en peligro de extinción que visita a su abuelo en la residencia donde vive siempre que tiene ocasión. No busca excusas y pasea con él por las tardes. Ella le regala su compañía y él sus historias.
Leire es la única ya que va a visitar a Peio. Su hijo y su nuera parece ser que desde poco antes de la muerte de la abuela no quieren saber nada de él. Leire desconoce el gran secreto de la familia y no le importa. Pero poco a poco, historia tras historia, su curiosidad va en aumento.
Orán ya no te quiere transcurre en Pamplona pero también en Orán. En esa juventud de Peio que no tuvo otro remedio que emigrar al sur, muerto de miedo cuando el barco llegó a Orán y no les dejaban bajar, con unos inicios duros pero quizá no tan duros como habría sido la permanencia en España. Con Peio recorreremos las calles de la ciudad argelina y con Leire las de Pamplona. No conozco Orán, pero imagino que para aquel que haya visitado la ciudad recorrerla de la mano de Erice sea similar a lo que he sentido al recorrer las de Pamplona como ciudad conocida. La calle Comedias, Estafeta, Abejeras, el Café Iruña, el Hotel Maisonnave…
La documentación que nos muestra Erice es ingente. Datos históricos de Orán, de la II Guerra Mundial, de la vida en Francia, en España, de la forma de pensar de los franceses en tierras argelinas, de la discriminación que sufrían los musulmanes en su propia tierra, de la lucha por independizarse de los europeos, por librarse de su yugo.
Orán ya no te quiere tiene el encanto de las grandes historias del pasado, esas que se transmiten de padres a hijos, de abuelos a nietos. Nada de grandilocuencias, nada de grandes escenarios. Solo el día a día, la cotidianeidad, el sufrimiento, el dolor y también la felicidad. La historia de verdad, la que no se cuenta en los libros, la que ha forjado la vida de nuestros ancestros y por lo tanto quiénes somos hoy en día.
Si tuviera que buscarle un pero quizá lo podría en la etiqueta que la editorial ha decidido otorgarle. Yo no la colocaría en las estanterías de novela negra, más bien de narrativa, quizá incluso de histórica debido a la ambientación de la novela. Es cierto que hay una trama que podemos calificar de negra, pero aunque sea uno de los hilos de la novela no considero que sea el principal. Además, esta trama tarda bastantes páginas en aparecer, en realidad casi más allá de la mitad del libro, por lo que eso puede confundir al lector que escoja esta historia buscando una trama de intriga.
Pingback: Orán ya no te quiere, de Carlos Erice (2015) - Leer sin prisa