Hester Stanhope: La Reina Blanca de Palmira
Por Silvia Pato
La viajera inglesa Lady Hester Stanhope (1776-1839) era la hija del político inglés Lord Charles Stanhope y de su esposa Lady Hester Pitt. La biografía de esta aristócrata aventurera, a caballo entre dos siglos, resulta excepcional desde su infancia.
Lady Hester no sentía especial interés por los asuntos de las niñas de su edad. Su mente soñaba con aventuras y sitios lejanos. Con 24 años, aquella joven de 1,80 metros de estatura se fue a vivir al castillo de Walmer, en Burton Pynsent, con su tío soltero William Pitt, ejerciendo como su secretaria y realizando labores de anfitriona en aquella casa. Sin embargo, cuando este falleció, en 1806, su mundo se derrumbó.
Por si eso fuera poco, algún tiempo después, la relación que mantenía con el héroe británico Sir John Moore, se vió cercenada por la muerte de este en la batalla de Elviña, en A Coruña, un 16 de enero de 1809. Ella conservó un guante ensangrentado de su amante hasta el fin de sus días.
Soltera, con el corazón roto y con una herencia no demasiado cuantiosa, en octubre de 1810, Lady Hester decidía partir con sus criados y su médico y amigo Charles Meryon, hacia Oriente. Cuenta la leyenda que, cuando llegaron a Atenas, el mismísimo Lord Byron se lanzó al mar para saludarla.
Después de dejar atrás Atenas, la comitiva partió hacia Constantinopla, para seguir hacia el Cairo; pero una fuerte tormenta provocó que los viajeros naufragaran en la isla de Rodas. Sin equipaje, tuvieron que adoptar la vestimenta turca, y Lady Hester no dudó en escoger vestir como un hombre. La comodidad de aquellas vestiduras la caracterizó entonces, negándose a llevar en todo momento un velo. Su viaje prosiguió por Egipto, Palestina, Líbano y Siria.
En una caravana de más de veinte camellos, vestida como un beduino, aunque con aspecto lujoso, y arropada por un grupo de hombres uniformados como la guardia pretoriana, la inglesa esperaba emular a la reina Zenobia a su llegada a Palmira. Un 29 de marzo de 1813, la comitiva alcanzó las ruinas de la emblemática ciudad, donde fue recibida con alborozo por los nómadas que la habitaban. Tras aquella aventura fue conocida como la Reina Blanca de Palmira.
Según la biografía que posteriormente realizó su médico sobre la vida de la aristócrata, esta encontró un manuscrito italiano medieval donde se detallaba el mapa para encontrar un tesoro oculto en las ruinas de la ciudad de Ascalón. Así, Lady Hester encabezó la primera excavación arqueológica en Palestina.
Después de esa aventura fallida, en la que el tesoro no apareció, y que la dejó en la ruina, la viajera se instaló en el monasterio de Joun, donde residiría hasta su muerte, viviendo como una ermitaña.
Tan singular mujer falleció en 1839, aislada del mundo, rodeada de gatos y olvidada por sus contemporáneos. Siete años después, su amigo, el doctor Meryon publicó, en tres volúmenes, Memoirs of the Lady Hester Stanhope as related by herself in Conversations with her Physician, al que seguirían Travels of Lady Hester Stanhope, forming the Completion of her Memoirs narrated by her Physician.
En 1914, su sobrina, la duquesa de Cleveland (1819-1901), publicó The life and letters of Lady Hester Stanhope, salvaguardando la memoria de su tía.
Cuenta la leyenda que, cada año, el 16 de enero, uno puede tropezarse con el fantasma de Lady Hester Stanhope en el Jardín de San Carlos, en A Coruña, donde yacen los restos del amor de su vida, el general Moore.
MÁS INFORMACIÓN: The Guardian, BBC Radio