Un decálogo para enfrentarse al envío de un libro a editoriales o agencias (para autores noveles… y los que no lo son tanto)

Por Amalia Sánchez.

Uno de los primeros pasos a los que se enfrenta el escritor, tanto el que desea publicar por primera vez como aquel que ya ha editado, es el envío de su manuscrito a editoriales o agencias literarias.

A todos nos ha sucedido que en unas ocasiones no tenemos respuesta por su parte o, en caso de obtenerla, no conseguimos más que un “No” rotundo. ¿Alguna vez nos hemos preguntado por qué? Una de las razones habituales es que el libro no cumpla con las condiciones o expectativas de editores o agentes, pero nunca hay que descartar las llamadas cuestiones “formales”, es decir, aquellas que se refieren al envío del libro en sí mismo.

¿Como hacemos llegar la obra? ¿Cuál debe ser nuestra respuesta ante una negativa? ¿Debemos desesperar y abandonar?

Aquí va un decálogo para que el autor se enfrente a editoriales y agentes, y no morir (editorialmente hablando) en el intento:

1- Humildad y sencillez. Son dos palabras que como escritor debes tomarte en serio y practicar de forma asidua. Si eres nuevo en esto, debes reconocerlo (todos, incluso los más grandes, han comenzado así). Si no lo eres, a editores y agentes les atrae mucho más un escritor que reconoce su falta de experiencia que el que trata de venderse como una reencarnación de Shakespeare.

2- Recuerda que todos los libros, incluso los mejores, necesitan una revisión. Una coma mal situada, una frase cuyo estilo puede mejorarse, una palabra que encaja mejor que otra… Los más importantes escritores de todos los tiempos han asumido estas correcciones como algo normal y lógico en el proceso de creación de una obra.

3- Déjate asesorar por los que más saben. Si desde la editorial o la agencia te dan unas pautas para la mejora de tu manuscrito, escúchalos. Suelen acertar en sus comentarios.

4- “Cien años de soledad” solamente se escribió una vez, y nunca más volverá a realizarse algo parecido. Por tanto, no intentes vender tu libro como si fuera una continuación de la misma, o como si el mismo “Gabo” se hubiese reencarnado en ti. No resultará creíble. Recuerda, la humildad es una buena cualidad a la hora de escribir.

¿Esto quiere decir que no hay que “vender” tu obra? Al contrario, hay que buscar la diferenciación con el resto de libros y escritores, por supuesto, pero siempre desde el punto un punto de vista real,  asumiendo posibles errores o mejoras en el texto.

5- Haz propuestas a la agencia y a la editorial si estas te lo permiten. Denota capacidad de decidir, de aportar ideas, agilidad mental y, sobre todo, ganas e interés en que tu libro verdaderamente sea publicado.

6- Envía siempre el texto pulido y corregido.

7- Salvo que te soliciten el libro completo, envía una muestra de escritura. No es necesario que sea extensa, a la editorial o agencia le servirá para revisar el estilo del manuscrito. Junto a esta muestra, adjunta también una propuesta editorial en la que se recojan las potencialidades del libro.

8- Si la muestra la vas a enviar a varias editoriales o agencias a la vez, no lo hagas de modo masivo (y mucho menos digas que lo has hecho así en tu correo electrónico), envía un mail por cada una de ellas. Si lo haces de modo conjunto, la imagen que trasmites no es la mejor, parece que tratas de buscar una respuesta a toda costa y que realmente no tienes interés en ninguna de las agencias o editoriales a las que estás enviando el libro. Cualquiera podría servirte.

9- Si te dicen “NO”, no contestes de malos modos. Debes contar con esta respuesta. Reflexiona por qué no aceptan tu obra, seguro que hay una razón para ello. Y da las gracias por el tiempo invertido en la revisión de la muestra, siempre es importante transmitir buena imagen.

10- Aunque ya hayas publicado con anterioridad, o si no estás contento con  la respuesta obtenida por parte de las editoriales, trata de ser modesto. Las críticas despiadadas nunca son buenas, no transmiten la mejor  imagen de ti.