Leigh Hunt: el coleccionista de cabellos
Por Silvia Pato
La vida del escritor James Henry Leigh Hunt (1784-1859) podría valer como argumento para cualquier película, con unos personajes secundarios de auténtico lujo.
Desde niño, Hunt escribió poesía, y publicó su primer poemario, Juvenilia, con diecisiete años. Desde entonces, abarcó también las críticas y los ensayos en su carrera literaria, sin dejar de publicar en la prensa de la época.
En 1808, trabajó como editor para el periódico de su hermano The Examiner; pero un artículo crítico con el príncipe de Inglaterra provocó que ambos fueran condenados a dos años de prisión. Entre los visitantes de Hunt durante su encierro, en Surrey, se encontraban amigos como Lord Byron o John Moore, quienes alabaron el estoicismo con el que aguantó su condena.
Una vez libre, Hunt siguió empuñando la pluma. En 1816, apareció su obra más famosa: The Story of Rimini, a la que siguieron otras que le harían lidiar entre la fortuna y la pobreza.
Fue Hunt quien presentó a John Keats y a Percy Bysshe Shelley, y cuando este partió a Italia, lo invitó a publicar con él y con Byron una revista cuatrimestral, The Liberal. Sin embargo, Shelley falleció poco tiempo después de que Hunt llegara al país, así que el peso de la publicación recayó sobre Byron, quien se marchó dos años más tarde a Grecia.
Hunt, por su parte, permaneció en Italia hasta 1825, sacando adelante un par de obras más. Ya en Inglaterra, publicó Lord Byron and some of his Contemporaries. Publicando aquí y allá, entre la enfermedad y las dificultades económicas, consiguió la amistad de Thomas Carlyle, quien sería su vecino, después de regalarle su libro The Religion of the Heart. Hunt no dejaría de escribir y sus obras continuarían publicándose hasta el momento de su muerte.
Si hay algo que resulta curioso dentro de los datos biográficos de este poeta romántico, aunque no debería serlo demasiado, ya que los victorianos tenían afición a atesorar este tipo de cosas, es la colección que poseía de cabellos de 21 celebridades.
Entre los objetos de su colección encontramos el pelo de John Milton, John Keats, Jonathan Swift, Samuel Taylor Coleridge, Mary Shelley, George Washington, Charlotte Brönte, William Wordsworth y Elizabeth Barrett Browning, entre otros.
Hunt no se quedó sólo ahí. Llegó a escribir tres poemas en honor del cabello de Milton. Y al parecer, el mismísimo Byron sustrajo de la Biblioteca de Milán pelo de Lucrecia Borgia para regalárselo a su amigo, acompañado de una cita de Alexander Pope: and beauty draws us with a single hair, aunque este último no conste en la colección actual.
Es posible estudiar la colección de Leigh Hunt, página a página, en la web de la Universidad de Texas, aunque si nuestra curiosidad por el escritor romántico todavía no se ha visto colmada, también podemos leer las cartas que se intercambió con Thomas Carlyle o Mary Shelley, y que han llegado hasta nosotros.
FUENTE: Cultural Compass