“Abril. Historia de un amor” de Joseph Roth
Por Ricardo Martínez
Es una pequeña novela. Se trata, en efecto, de una novela breve, sin embargo está llena de significación y de lirismo. Trata, en realidad, del amor. ¿O, tal vez, de varios amores que pudieran ser complementarios y conformasen, juntos, el sentimiento de amor que va asumiendo y narra el protagonista?
Ahora bien, podría también, sin exageración, considerarse una historia de no-amor, de desamor. Un amor que se ha quedado solamente en una pretensión, en una voluntad de amor. ¿Y no es así, en parte, como resultan, al fin, ser casi todos los amores que han querido ser vividos de verdad, sentidos en toda su naturaleza?
“En una ocasión (su amigo Abel) consiguió viajar a Nueva York. En el barco vio por primera vez en su vida a una mujer bonita. Cuando llegó al puerto, perdió de vista a la mujer bonita. Entonces se volvió a Europa en el primer barco” He aquí el ‘leit motiv’ que podría resumir las historias de amor que vive, o pretende vivir, nuestro protagonista, el mismo que se define de esta manera tan peculiar: “Planto mis experiencias como si fueran parras silvestres y observo cómo crecen. Soy perezoso. Y la nada es mi pasión” ¿Debido a sus intentos fracasados, o fracasados éstos por causa de una actitud así?
Dice de sí: “desde que soy viejo, no lloro y no me río. Nadie puede causarme un disgusto así como así. He superado el dolor y la alegría” Pero he aquí que un día “por su sonrisa aprendí que no hay nada superfluo bajo el sol. Su sonrisa al tercer día fue un gran acontecimiento”. Y sucumbe a todas las ceremonias propias del amor: todos los días piensa en ella, espera que se asome a la ventana para sonreírle desde lejos, aguanta la lluvia y el paso del tiempo. No se atreve a saludarla personalmente porque la mujer con la que ahora convive le dice que está muy enferma. Un día no se asoma y él cree que se ha cumplido el fatal destino.
Entonces, una mañana, casi circunstancialmente -tal como había ocurrido cuando llegó a aquella pequeña ciudad-, desilusionado, toma el tren para alejarse, casi como su amigo Abel; un sacrificado por la causa del amor. Él, no obstante, nostálgico, mira por la ventanilla del vagón y la ve; ya no sonríe. No ha muerto; es la novia, o la mujer, del jefe de la estación.
Era el 28 de mayo “y en los huertos los copos de flores formaban una capa tan densa y tan alta que se hubiera podido caminar por encima descalzo, sintiendo la tierra tan sólo como una remota realidad” ¿A dónde le llevará el tren que se aleja; en realidad, el Destino?
Magnífica la portada de Egon Schiele, y muy correcta la traducción de Vias Mahou.
Ficha técnica
Título: “Abril. Historia de un amor”
Autor: Joseph Roth
Editorial: El Acantilado
Barcelona, 2015