María de la O Lejárraga: El Amor Brujo
Por Silvia Pato
María de la O Lejárraga García (1874-1974) fue una escritora española de éxito cuya obra sufrió los avatares de la relación que mantuvo con su marido.
Publicó su primer libro en 1899, con el título de Cuentos breves, lecturas recreativas para niños, y fue el único que apareció publicado con su verdadero nombre.
Desde el año siguiente, comenzaron a aparecer sus escritos firmados por su esposo: Gregorio Martínez Sierra. De tal forma, este productor teatral consiguió la fama como dramaturgo, cuando la realidad era que las obras de teatro, novelas y cuentos salían de la pluma de su mujer.
En 1906, Gregorio se enamoró de Catalina Bárcena, la actriz principal que representaba sus obras. Rafael Cansinos-Assens recoge en sus memorias el comentario que hizo al efecto el poeta Baco-Fombona: «Gregorio tiene alma de comerciante… Hasta aquí explotó el talento de su mujer… que es quien le escribe sus libros. Ahora va explotar la voz de oro de la Bárcena».
Esta situación a tres bandas se mantuvo hasta 1922, cuando su marido tuvo una hija con su amante, momento en el que Lejárraga se separó.
Entre los amigos de la escritora se encontraban Juan Ramón Jiménez y Manuel de Falla. De hecho, el más importante de los libretos que escribió corresponde a una de las obras musicales más destacadas del compositor: El Amor Brujo. No es de extrañar que solo unos pocos conozcan el nombre de la autora. Si los libretistas masculinos suelen ser ignorados en el sector artístico, imagínense una autora de su época.
Entre sus obras de teatro, Canción de cuna ha sido traducida a varios idiomas y llevada al cine en cuatro ocasiones, la primera de ellas en Hollywood, en el año 1933. Además de todo ello, tradujo a Shakespeare, Sartre e Ibsen.
La figura de esta escritora feminista y republicana cayó en el olvido, como tantas otras, después del estallido de la Guerra Civil, cuando Lejárraga partió al exilio.
Se cuenta que, cuando vivió en Estados Unidos, le ofreció a Walt Disney un guión titulado Merlín y Viviana, el cual fue rechazado, pero que después descubrió en La dama y el vagabundo, inspirada en su historia.
A partir de los años cincuenta se instaló en México, y posteriormente en Buenos Aires, volviendo a escribir con el nombre de María Martínez Sierra. Fue entonces cuando Lejárraga se decidió a reivindicar la autoría de toda su creación literaria. ¿Qué había pasado para que esta mujer que había cedido a las pretensiones de su marido reaccionara entonces queriendo recuperar lo que, por derecho, le pertenecía?
Lo que pasó fue que la hija que Martínez Sierra había tenido con Catalina Bárcena reclamó los derechos de autor de las obras de su padre. Fue entonces cuando Lejárraga publicó las memorias en las que desentrañaba lo acontecido: Gregorio y yo. Medio siglo de colaboración.
¿Cuántos casos similares habrán ocurrido a lo largo de la historia permaneciendo en silencio sus protagonistas?
FUENTE: BIBLIOTECA DE LA RIOJA
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