“La verdadera historia de Frank Zappa. Memorias”, el libro de un descomunal músico
Frank Zappa fue mucho más que el autor de unas cuantas frases ingeniosas y casi siempre ácidas. Por encima de todo se trató de un músico descomunal, que explosionó cualquier barrera existente entre géneros, e incluso entre tipos de música (popular y culta), para construir un discurso tan irónico y gamberro como atinado. Precisamente “La verdadera historia de Frank Zappa. Memorias”, que ahora publica la Editorial Malpaso en castellano, toma el camino de, a través de vivencias y anécdotas, ir narrando lo que escondía su siempre activo cerebro.
Como es de esperar de un libro que versa sobre dicho personaje, no va a adoptar una forma convencional, así que, por expresa petición de sus herederos, se respeta escrupulosamente en esta edición la forma en que fue escrito, lo que incluye toda la tipografía que utilizó (mayúsculas, negritas, etc..) y las ilustraciones que contenía, algo que confiere al conjunto del texto, en apariencia, una forma nada “seria” a pesar de que su interior sea todo lo contrario. En resumen, puro Zappa.
En una primera parte de la obra nos encontramos con lo que se podría denominar un relato biográfico relativamente clásico. De la mano de él conocemos su infancia: un niño de clase media-baja con tendencia a las travesuras, como tantos otros, y que ya daba atisbos de una característica innata a lo largo de toda su existencia, y es su total desconexión con el gusto de la mayoría y mucho menos con “los que enseñan”, representados en esta época por los profesores pero con el tiempo se hará extensible a otros estratos de diferentes jerarquías.
También hay un paseo más o menos cronológico respecto a lo que supone su educación y evolución musical; sus primeros pinitos en bandas de la escuela y sobre todo su primer disco comprado, que la falta de dinero y un artículo leído le empujó a que fuera uno de Edgar Varèse (el segundo sería de Stravinsky), el cual devoraría y que le llevó a elegir como regalo de cumpleaños, nada más y nada menos, que realizar una llamada al propio compositor. Detalles estos que no impidieron que desde ese momento buceara en las cubetas de las tiendas en busca de sonidos relacionados con el rhythm and blues y variados. Una mezcla nada sorprendente viendo su posterior carrera.
En ese trayecto que nos va desgranando su camino artístico hace una breve escapada para hablarnos de su relación con el que fuera su “compinche” Captain Beefheart, la que despeja con rapidez y sin grandes detalles, cuando es sabido que podía haber sacado mucho más jugo, lo que denota un claro interés por no hacerlo. Volviendo a esa evolución, o profesionalización de Zappa, vamos a ir asistiendo a sus diferentes proyectos, su relación con sellos, estudios, orquestas sinfónicas (especialmente traumáticas según cuenta), la forma en que conoce a alguno de los componentes de sus Mothers of Invention, la colección de famosos que pasan por su vida (Lenny Bruce, John Wayne, Alice Cooper, Hendrix, etc…) y sobre todo, y es algo que rondará continuamente, sus disputas con la moral reinante (habrá más adelante una amplia trascripción de uno de los juicios por supuesta obscenidad de sus letras que roza el surrealismo) y los ataques que desde los sectores más conservadores de la sociedad lanzan sobre él, que incluso acabará con sus huesos en la cárcel.
En una segunda parte del libro observamos, ya sin ningún tipo de orden cronológico, aunque hasta ahora tampoco lo haya hecho de una forma muy respetuosa, toda una serie de reflexiones sobre infinidad de temas. Van a tener cabida desde temáticas relacionadas con la paternidad (una vez más subyace la idea de saltarse el respeto y el camino predeterminado); la evolución que ha seguido la música “popular”, ya sea en su relación con la propia industria o con los medios; por supuesto uno de sus caballos de batalla habituales como son las andanadas a los críticos, que no deja de ser su respuesta a la incomprensión de su propuesta; el tema de las drogas (siempre enemigo acérrimo de ellas) y cómo no, la política en su representación institucional, con dardos genéricos pero algunos muy orientados al sector republicano, la iglesia o cualquier estamento que lleve a la homogenización, y en general alegatos contra la estupidez humana en sus diversas manifestaciones.
Una parte muy representativa de esta serie de “pensamientos” la va a ocupar sus reflexiones, algunas realmente elaboradas y con multitud de ejemplos, hacia las diferentes campañas/asociaciones que durante su época se llevaron a cabo en Estados Unidos para controlar el contenido de las letras musicales, fue todo un experto en sufrir estas persecuciones, o dicho de otra manera las diferentes caras, ejecutadas desde variados sectores, a la hora de censurar el arte.
De una forma algo caótica, como no podía ser menos, estas memorias o autobiografía sirven más que para hacer un exhaustivo relato de la carrera musical de Frank Zappa, (quien vaya buscando una sucesión de discos y épocas aquí no encontrará nada de eso), para realizar un acercamiento a un personaje que superó lo estrictamente musical, a pesar del gran valor de su obra, para convertirse en un adalid del pensamiento libre, ácido e irredento que encontró en prácticamente cualquier expresión sonora un vehículo para expresarlo.