CUENTOS CON LEDICIA COSTAS
Por María Dolores Pérez de la Hoyica
Ledicia Costas: Escritora gallega autora de las novelas Unha estrela no vento, O corazón de Xúpiter (Premio Ánxel Casal de la Asociación Galega de Editores al mejor libro infantil y juvenil de 2012 y Premio de la Asociación Galega de Escritoras y Escritores en Lingua Galega al mejor libro infantil y juvenil de 2012) y Recinto Gris, todas ellas publicadas en Edicións Xerais. Con Escarlatina. A cociñeira defunta, acaba de ganar la XXIX edición del Premio Merlín de Literatura Infantil.
Es autora, junto al escritor Pere Tobaruela, de las novelas publicadas en la Editorial Everest Desaparizión, Letras de Xeo y de la colección de novela negra Inspectora Nola, cuyo primer libro (Mortos de Ningures, recientemente traducido al castellano y catalán), ha obtenido el premio Frei Frei Martín Sarmiento. A finales de año saldrá la traducción del segundo volumen de la serie Ouro Negro.
CUENTOS CON LEDICIA
- ¿Qué significa para Ledicia LITERATURA INFANTIL?
Significa muchas cosas, pero sobre todo no dejarse arrastrar por la inercia, no perder nunca la capacidad de soñar. La imaginación es un lujo gratuito que permite desarrollar otras capacidades. Renunciar a ello me parecería absurdo.
- Importancia de la lectura desde edades tempranas
No creo que pueda aportar nada nuevo en este sentido. Sólo constatar lo evidente: darle a primeras y primeros lectores la oportunidad de conocer otros mundos a través de la lectura estimula su imaginación y fomenta el desarrollo de su capacidad creativa, su manejo del lenguaje y una larga lista de beneficios… la lectura es un medicamento sin contraindicaciones, sólo tiene ventajas.
- Las editoriales y el album ilustrado
En Galicia, que es el ejemplo que tengo más a mano por razones evidentes, hay dos editoriales especializadas en álbum ilustrado que para mí representan un ejemplo de cómo situarse en primera línea del panorama internacional: OQO y Kalandraka. Ofrecen un catálogo en donde puedes encontrar desde reediciones de clásicos, como Maurice Sendak o los Hermanos Grimm, hasta lo más actual. Hay otra no tan conocida, Patas de Peixe Editora, que trabaja hasta el último detalle y que tiene ediciones magníficas con traducciones de grandes obras (El Grúfalo, de Julia Donaldson, El gran libro de los miedos del pequeño ratón, de Emily Gravett…) Galicia, a día de hoy, para mí es un referente del álbum ilustrado. Contamos además con un certamen de gran prestigio como es el Premio Internacional Compostela de Álbum Ilustrado, que nos permite situarnos en el epicentro de las mejores ilustradoras e ilustradores a nivel internacional.
- Cinco características de un buen libro infantil
No soy muy amiga de listas, así que saltándome el protocolo voy a dar solo una: rotundo.
- ¿Todos los niños caben en un cuento?
Por supuesto. Lo importante es hacerles hueco, lograr que encuentren dentro de él su propio espacio. No hay fórmulas mágicas ni recetas infalibles para lograrlo. Pero sí creo que hay algo básico, algo que le he escuchado decir en más de una ocasión a Fina Casalderrey y que comparto totalmente: las niñas y los niños son pequeños, pero no son tontos. Creo que las personas que escribimos debemos partir de esa base, teniendo en cuenta que son el futuro y respetando por encima de todo su inteligencia, su sagacidad y su capacidad crítica,
- Su creación preferida.
Mi creación preferida acostumbra a ser la última, porque defiendo que cada libro mejora al anterior. En este caso, mi última obra es tan reciente que aún no se ha editado: Escarlatina. A cociñeira defunta. Verá la luz en otoño, en Edicións Xerais. Es una ruta gastronómica por el Inframundo, un relato de humor macabro donde se desmitifica el tema de la muerte y su significado. Pero como aún no está disponible me remito al inmediatamente anterior: Recinto Gris, una distopía con muchos elementos en común con el holocausto nazi, también publicada en Edicións Xerais.
Sinopsis: “Tras unha día de galerna, Ciudad de Vii fue invadida por un ejército entrenado para conseguir una ciudad perfecta. Aquellos soldados altísimos de uniforme negro y cabeza de lobo peinaban el territorio, registraban cada casa, no dejaban nada al azar. Tenían instrucciones muy claras que cumplir: coger a aquellos que perturbaban el equilibrio social, a las consideradas diferentes, meterlas en los camiones y trasladarlas a Recinto Gris, un lugar habilitado para alojar os que no encajaban en su diseño. Aquellos soldados lobos se presentaron el la casa de Nube, una niña incapaz de mentir, con la intención de llevársela.”