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“Historia de un crimen”, de Victor Hugo

Por Cristóbal Vergara Muñoz.

HistoriadeuncrimenHoy venimos a la sección de reseñas a hablar de una obra extensa y muy característica. Extensa porque nos encontramos ante un magnánimo libro de la Francia del s.XIX de nada más y nada menos que 560 páginas; y característica por su contenido. Los acontecimientos narrados en ella salen directamente del testimonio histórico de nuestro autor, que no es otro que el afamado escritor francés Víctor Hugo. No es una obra simplemente novelesca que narra una posible trama de corruptelas, poder, asalto a la ley y lucha revolucionaria, sino que estamos escuchando de primera mano el relato testimonial de un traumático suceso histórico. En eso consiste “Historia de un crimen”; es la narración que luego elaboró el representante del pueblo Victor Hugo del diario que escribió mientras la historia cambiaba el curso de la Francia de mediados del s. XIX y se acataba e imponía la voluntad y la ley del nuevo emperador Napoleón III.

Cuando comencé a leer tan apasionante historia no sabía hasta tal modo cómo este libro iba a atraparme. Los elementos que magistralmente pone Hugo en la coctelera son dignos de reflexión de manera individual, pero juntos suponen ya un asunto tan digno sobre el que hacer gravitar nuestro pensamiento durante mucho tiempo que es mejor que vayamos con la mente despejada y dispuesta a prestar atención.

Al entrar en las páginas de la obra encontramos varias cualidades distintivas que la hacen apasionante de diversas maneras. Entre ellas está la narración de gran intensidad de las jornadas vividas desde el momento en que las tropas golpistas de Napoleón III desatan el golpe de Estado. A partir de ahí vamos asistiendo al surgimiento de una dramática tragedia en que se plantean dos bandos, los fieles al orden legítimo constitucional de la República (en que obviamente está el diputado Victor Hugo y todos sus colegas) y el lado de los defensores del nuevo y creciente criminal orden del nuevo Napoleón III. En el relato encontramos esperanza y lucha hasta que las circunstancias y los acontecimientos acaban por imponerse y fuerzan a la resistencia del pueblo francés con los representantes a la cabeza a caer uno detrás de otro o a exiliarse. Evidentemente, el relato está contado de una manera muy épica mezclada con la cotidianidad de unos pequeños héroes que forzados por las circunstancias tienen que oponerse al ilegítimo régimen que trata de aniquilarlos.

«En un Estado hay dos cosas esenciales: la ley y el pueblo. Llega un hombre y atropella la ley. Siente que el castigo se aproxima. Sólo le queda una cosa por hacer: asesinar al pueblo. Y lo asesina. […] Expliquemos lo que todavía no ha visto la historia. Súbitamente, a una señal dada, un disparo de fusil, hecho no importa desde dónde ni por quién, la metralla descargó sobre la multitud. La metralla es también algo parecido a la multitud; es la muerte desperdigada. No sabe a dónde va, ni qué hace. Mata y sigue adelante.
Y, al mismo tiempo, posee como una especie de inteligencia; tiene algo de premeditado; ejecuta una voluntad. Aquél momento fue inaudito. Parecía que un puñado de relámpagos se abatiera sobre el pueblo. Así de sencillo. Aquello tuvo la simplicidad de una solución; la metralla aplastó a la multitud. ¿Qué viene usted a hacer aquí? Muera ya. Ser un viandante es un crimen. ¿Por qué está usted en la calle? ¿Por qué se opone al Gobierno? El Gobierno es un degollador. Ya lo habíamos advertido, y hay que cumplir la advertencia; hay que terminar lo empezado; ya que la sociedad debe ser salvada, es preciso que el pueblo sea exterminado.»

En sus mas de 550 páginas vamos atravesando los mismos estados de ánimo que los cada vez más escasos defensores de la República y la ley, olvidándonos de que la historia hace mucho que nos contó que estos valientes defensores de la racionalidad perdieron en su lucha. Sólo nos topamos con ello cuando las circunstancias y acontecimientos nos lo precipitan viendo con total sufrimiento y estupefacción como la débil y precaria democracia de una Francia que en ese momento es nada más y nada menos que “el portaestandarte de la civilización” cae de nuevo en las garras de la tiranía dictatorial.

El relato de Victor Hugo en este aspecto es seguramente parcial pero no por ello menos cierto. Su resistencia a asumir que Napoleón III se ha impuesto y que cada vez se hace más y mas difícil restaurar el orden democrático de la Asamblea Constituyente está cargado de un sentimiento épico difícil de encontrar al menos en nuestra realidad. La excelencia, el honor, el virtuosismo, el valor y el arrojo del que hacen alarde los representantes del pueblo, luchando tanto intelectualmente en reuniones clandestinas por la noche y por el día en cada calle como en cada barricada con sus bandas de representante puestas, nos trasladan más bien a una historia de tintes tan románticos que quizás hoy, cegados por la mezquindad política y la mediocridad, sea difícil de creer.

«Fue el mas espantoso ensayo de involución que jamás haya sido intentado. Nunca se había visto un retroceso tal en la civilización. Todo lo que se había edificado es ahora ruinas. En una noche habían desaparecido la inviolabilidad de la ley, el derecho del ciudadano, la dignidad del juez y el honor del soldado. Hubo espantosas sustituciones; había un juramento, y ahora hay un perjurio; había una bandera; y se reemplazó por un harapo; había un ejército, y fue sustituido por una pandilla de bandidos; había justicia, y ahora hay prevaricación; había un Gobierno y ahora hay un grupo de estafadores; existía una Francia, y hoy hay una caverna. A esto se le llama salvar la sociedad.»

A modo de obra que ilustra un momento histórico y un importante suceso político es magnífica de leer y se hace tan fácil y amena como una novela de tramas políticas o de épicas hazañas bélicas. Aseguro que el libro no aburrirá y que nos mantendrá pegados a sus páginas hasta que el último hálito de esperanza democrática acabe por ser destruido y nuestros apreciados representantes, confusos y con dispar destino, sean exiliados y traicionados. No solo de “Los miserables” iba a alardear por su fama Victor Hugo, “Historia de un crimen” también constituye una obra fundamental del autor que nos hará disfrutar, vibrar y conocer en profundidad ese atractivo y convulso París de 1851. Si algo no haréis al tener finalmente el libro en vuestras manos será perder el tiempo.

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«Historia de un crimen»

Ed. Hermida Editores

560 pp. , 25 €

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