Vida y amores del conde de Villamediana
Por Silvia Pato
Juan de Tassis y Peralta (1582-1622), Conde de Villamediana, y Correo Mayor del Reino, era un hombre inteligente, culto, vividor y cortés, cuya leyenda rodea su vida y su muerte.
Marcados sus días por el despilfarro y el escándalo, el conde tuvo que vender en 1615 su cargo de Correo Mayor de Aragón para poder hacer frente a sus deudas; además de ello, se enemistó con los representantes del gobierno, y años después le fue atribuida la autoría de una serie de coplas satíricas que circulaban por la corte contra los favoritos de Felipe III. El noble fue entonces detenido y condenado al destierro.
Las aventuras de tan singular personaje no terminaron aquí. Tres años después, cuando el rey murió, Felipe IV, su sucesor, indultó al conde. Villamediana regresó y se ganó el favor del nuevo monarca de dieciséis años. Por aquella época, y a petición de la reina Doña Isabel de Borbón, el poeta escribió La Gloria de Niquea, una comedia basada en uno de los episodios del Amadís de Grecia.
La comedia se estrenó el 15 de mayo de 1622 en los jardines de Aranjuez, interpretándola la reina y sus damas; pero en plena representación, durante el segundo acto, una de las antorchas que iluminaba la escena cayó al suelo, provocando que comenzara a arder todo el escenario. Las malas lenguas dijeron que el incendio había sido provocado por el propio conde que, enamorado de su majestad, había aprovechado el instante de salvarla para cogerla entre sus brazos, pues tocarla estaba penado con la muerte.
Nace así la leyenda de los amores del poeta con la reina. Se cuenta que acudió a un baile con una capa cubierta de reales de oro, donde se lucía la leyenda: SON MIS AMORES REALES. También se rumoreaba que la expresión «picar muy alto» procedía de las habilidades como picador del conde, y que al ser alabadas por la reina, el rey había apostillado: «pica bien, pero pica muy alto».
Tan seguro se siente en su posición de favorito del rey nuestro poeta, que aumentó y agudizó sus sátiras contra los personajes de la corte. Entre unos y otros, perdió su condición de protegido por el monarca, y se planeó su asesinato.
El conde de Villamediana fue asesinado el 21 de agosto de 1622 en la calle Mayor de Madrid. El crimen quedó sin aclarar. Y unos meses después, cuarenta y cinco sirvientes del conde fueron quemados vivos en la plaza Mayor de la capital. Todos los poetas destacados escribieron historias sobre Villamediana, empezando por su buen amigo Luis de Góngora y siguiendo por su enemigo Francisco de Quevedo.
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