Los hijos de Victor Hugo
Por Silvia Pato
El prolífico escritor Victor Hugo (1802-1885) sufrió en su vida personal un drama tal que podría haber protagonizado una de sus inolvidables novelas.
El autor de Los miserables (1862), de quien se dice que necesitaba caminar a zancadas por el cuarto de la habitación mientras escribía de pie e iba arrojando las cuartillas al suelo, contrajo matrimonio en octubre de 1822 con Adéle Foucher, con quien tendría cinco hijos: Léopold, Léopoldine, Charles, François-Victor y Adèle. El autor sobreviviría a cuatro de ellos.
El primero en fallecer, poco después de su nacimiento, fue Léopold, su primogénito; la siguiente, con diecinueve años, sería Léopoldine.
Léopoldine, que se encontraba embarazada, meses después de su boda con Charles Vacquerie, un 4 de septiembre de 1843, mientras disfrutaba de un paseo en barca por el Sena con su marido, cayó al agua al zozobrar la embarcación. Ella se hundió; él fue arrastrado por la corriente; los dos cuerpos aparecieron sin vida.
Hugo se encontraba entonces de viaje con su amante, Juliette Drouet. Mientras cenaban en un restaurante en Soubise, el escritor tomó un periódico parisino y se tropezó con el titular que le helaría la sangre: MUERE AHOGADA EN EL SENA LA HIJA DE VICTOR HUGO.
Aquella noche, el autor francés escribió en su diario: «Dios mío, ¿qué te he hecho?».
Una década después, cuando la familia se instaló en la isla de Jersey, recibieron la visita de la médium Delphine de Girardin, que había sido amante de Chautebriand de joven. Aunque en un principio, Hugo se mostró escéptico sobre la posibilidad de entrar en contacto con los muertos, participó en las sesiones de espiritismo deseando hablar con su fallecida hija.
El 11 de septiembre de 1853, el escritor dice conversar con Léopoldine en una sesión, en presencia de los demás familiares.
Después de aquella conversación, Hugo narraría numerosas charlas, en las sesiones de espiritismo en las que participaba, mantenidas con figuras como Dante, Esquilo, Mozart, Platón, Galileo o Shakespeare; sesiones que pacientemente transcribiría después.
En la década de los setenta, morirían sus dos hijos varones, y solo sobreviviría al dramaturgo su hija pequeña, Adéle, que estaría ingresada a causa de la esquizofrenia, en un centro psiquiátrico, hasta el año de su muerte, en 1915.
Más información: «Victor Hugo, espiritista» de Ignacio Solares.
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