CríticaMúsicatop1

Lo que nos dejó 2013…

 

Lou Reed

Lou Reed in memoriam

 

Por Jon C. Alonso, Miguel Andúgar, Kepa Arbizu, Elisenda Hernández Janés, Eduardo Moraleda Mazo, Carmen Moreno, Diego Puicercús y Sergio Valbuena .

Es inevitable, llegadas estas fechas, encontrar en todo tipo de medios los listados de los mejores discos, libros o películas del año que está a punto de finalizar. En esta ocasión desde la sección de música de Culturamas hemos decidido no poner nota y nos hemos limitado a recomendar los discos (uno nacional y otro extranjero) que en estos doce meses más han gustado a nuestros redactores y creemos que cualquier aficionado a la música debería escuchar. El orden no indica, por  tanto, un favoritismo especial y los hemos colocado alfabéticamente tomando como referencia el nombre del artista. Para escuchar cada disco en Spotify hay que pulsar sobre el título.

 

billy-bragg-tooth-nailTooth & Nail (Billy Bragg): La imagen que tenemos por norma general de Billy Bragg es la de un músico centrado en su compromiso político que utiliza los sonidos de raíces mezclados con la actitud e intensidad punk. En su último disco “Tooth & Nail”, el inglés se deja imbuir por un cierto ánimo de desesperación que se hace notar en sus composiciones.

El resultado final de esas sensaciones es un álbum espléndido, ayudado por la genial producción de Joe Henry, en el que nos muestra la mirada crepuscular y otoñal de un intérprete en el que las cicatrices de su lucha, personal y global, se hacen notar. Ahí está la desértica “January Song”,  dedicado a la muerte de su madre, o la emotiva “Goodbye”. Los toques blues o los arreglos jazzísticos también serán parte de esa forma musical íntima que recrea. Habrá un mínimo espacio para los arranques rockeros (“There Will Be a Reckoning”) y para el homenaje a uno de sus faros, musicales y vitales, por medio de la versión del mítico tema de Woody Guthrie, “I Ain’t Got no Home”. (Kepa Arbizu)

 

Push-The-Sky-AwayPush the sky away (Nick Cave and The Bad Seeds): Nick Cave and The Bad Seeds vuelven a demostrar el porqué de su existencia. Hemos tenido que esperar cinco años para ver madurar la nueva joya del genio de la aborigen, Warracknabeal y este disfrute para los buenos melómanos; “Push The Sky Away”. Un disco redondo. Lleno de los matices clásicos que siempre han identificado la idiosincrasia del estilo de Cave al lado de los Bad Seeds—la unión es la mejor solución—donde el solista es mejor músico y ellos, mejor conjunto junto al otro duende; W. Ellis. Baladas que enamoran, sonidos hermosos entre melodías dulces y el latir gótico. Unos temas muy alejados de las estridencias y los destellos eléctricos que circulaban por el excesivo; “Dig Lazarus, Dig” (2008). En este trabajo se atisba un anhelo fisiológico por redimirse de plétoras y delirios propios de la experimentación anterior, buscando la redención en sus raíces.

El tema inicial “We now Who hour UR”, sereno y contundente que se nos muestra con un videoclip, cuyo protagonista —Ray Winstone— nos pone en alerta. La autenticidad de los Bad Seeds como un gran equipo; genuino, contenido y cordial. Sin renunciar a nada. En cuanto, giras la cabeza entras en la ebullición de origen de “Wide lovely eyes” y la maravillosa  “We real cool”. Sin olvidarnos de la belleza de esa historia de amor entre esos jóvenes amantes, “Water’ sedge”.  El tono gélido y decadente, que es la maldita vejez. En el medio el zarpazo de rock, obra del Lucifer vigilante, Ellis con la inmensa: “Higgs boson blues” Y el tour de forcé que pone el alma de Cave en la fantasmagórica, “Jubilee Street”, que funciona a modo de epílogo de este vaporoso corte.  El hombre de las antípodas, nos  invita a su  éxtasis personal con letras impagables;  “I’d just finished writing Jubilee Street… I laid down on my bed and fellin to a deep sleep”. De verdad, una gran alegría que nos brindó a principios del 2013. Seguimos expectantes a prontos trabajos del australiano. Y Feliz 2014. (Jon C. Alonso)

 

franz_ferdinand_right_thoughts_right_words_right_action-portadaRight thoughts, right words, right action (Frank Ferdinand): Sus pensamientos son directos, usan letras exactas, y el resultado es de acción directa. Esta es la traducción de su último disco, más o menos, pero es muy concreta y al grano: no puedes parar de bailar y divertirte al escucharles.

Alex Kapranos y sus compañeros llevan creciendo y creciendo desde que se dieron a conocer en su Escocia natal y por tanto en el mundo. Han aguantado bien el tirón, soportando el desprecio de cierta prensa de su país, pero ellos a lo suyo, y además con el paso del tiempo, consolidándose. Basados en un tremendo directo, hacen un sonido nítido, rítmico y efectivo, sin diluirse en  búsquedas de sonidos alternativos o carentes de calidad e ingenio.

Este trabajo se merece la catalogación de mejor disco del año porque tal y como está el panorama de actualidad, no solo económico sino también de tendencias musicales que casi nos agobian más, Right Thoughts, Right Words, Right Action nos hace cantar sus estribillos inmediatamente, recodar tiempos mejores como son sus trazas a Talking Heads, contiene gran cantidad de temas como “Right Action”,  “Stand On The Horizon”, “Love Ilumination” o “Bullet”, que te hacen ver el día con mucha más alegría, por disponer de una producción acertadísima, la que le dan grandes maestros de ese arte

Para darle forma a “Right thoughts, right words, right action”, Kapranos y sus compañeros, que de tontos no tienen un pelo, se han rodeado de un puñado de amigos productores que no han derivado la sonoridad de la banda hacia ningún lugar inédito, pero que seguramente han aportado mucha cordura de cara a dotar de coherencia y efectividad al conjunto. Ahí están Joe Goddard y Alexis Taylor (Hot Chip), Björn Yttling (Peter Bjorn And John), la estrella electrónica Todd Terje y los propios Alex Kapranos y Nick McCarthy bajo los pseudónimos Prince House Rabbit y CH4IN$. Por no hablar de la colaboración de gente como Owen Pallett a las cuerdas. (Eduardo Moraleda Mazo)

 

Quique_Gonzalez portadaQuique González (Delantera mítica): De entrada me costó entrar en el último disco de Quique González. Tras tantos años sin material nuevo esperaba una nueva vuelta de tuerca, algo que me sorprendiera  y, aunque más guitarrero y crudo, Delantera mítica no era más que una continuación mejorada de Daiquiri blues (mismo estudio, productor, músicos…). Pero no, en realidad no es sólo eso. Desde hace tiempo Quique juega en otra liga, y no solo por tener capacidad para colgar el cartel de “No hay billetes” en todos sus conciertos o montar una gira sin presentar material nuevo y conseguir que sea un éxito.  No, su gran valor es que en los tres lustros que dura ya su carrera no ha dejado de escribir hermosas canciones, firmar grandes discos y mantener una coherencia artística y profesional como nadie en este país. Y todo lo ha logrado poco a poco y desde abajo, enfrentándose a quien fuera necesario y apoyándose en lo único que tiene, sus canciones… Y eso es lo que tiene Delantera mítica, 11 magníficas canciones (más una no menos espectacular versión del It’s your love in vain? de Dylan) que lo sitúan, una vez más, a la altura de los grandes, y no sólo de nuestro país. 

Como vuelta de tuerca hace apenas un par de meses, bajo el nombre de Delantera mítica: obra completa, cerró el círculo añadiendo al disco de estudio otros dos con las maquetas y una muestra de lo que fue la primera parte de su gira. Una delicatesen para fans y estudiosos en la que se puede ver la evolución de las canciones desde el proceso de creación hasta  su presentación ante el público y que también son muy disfrutables de forma independiente (sobre todo la parte en directo, que sabe a poco y te deja con ganas de escuchar las viejas canciones con el sonido de su nueva banda), incluso sin conocer el disco original. (Diego Puicercús)

 

Adam_GreenAdam Green & Binki Shapiro (Adam Green & Binki Shapiro): Consolidados ambos en la escena indie (Green en solitario y por su pasado en The Moldy Peaches, Shapiro como líder de Little Joy), esta pareja de jóvenes estadounidenses decidieron hacer un paréntesis en sus respectivas carreras para aunar fuerzas con este disco homónimo. ¡Feliz encuentro el suyo!  Breve y agridulce como algunos de los affaires que relata, su carta de presentación les descubre cantándoles al amor y sobre todo, al desamor, con unas letras en su mayoría sombrías que a menudo cuesta reconocer envueltas como están por acompañamientos cálidos y hermosas melodías. El encanto de crooner trasnochado de Green y la dulzura no empalagosa de Shapiro combinan casi tan bien como sus voces cristalinas, que se funden en inteligentes diálogos asentados en estructuras de pop retro que recuerdan a grandes parejas del pasado (concretamente a Nancy Sinatra & Lee Hazlewood). Diez temazos de corte clásico que se dejan querer como los turrones en Navidad. Nunca el desengaño había dejado tan delicioso sabor de boca. (Elisenda Hernández Janés)

 

LapidoFormas de matar el tiempo  (José Ignacio Lapido): Hay algunos músicos que son señal de fiabilidad en cuanto al nivel de calidad de sus trabajos. Uno de ellos es José Ignacio Lapido. Su nuevo disco “Formas de matar el tiempo” es una buena muestra de ello. Apoyado en su rock clásico junto a una lírica totalmente reconocible, el granadino ha logrado otra mano ganadora.

Este nuevo álbum sigue trabajando bajo las directrices habituales. Sus reflexiones cargadas de cierta amargura y altas dosis poéticas son un perfecto análisis de la incertidumbre humana. Ya sea a base de guitarrazos, con sabor stoniano en “Cuando por fin” o trasmisores de tensión (“La ciudad que nunca existió”), o por medio de sus ya legendarios medios tiempos nostálgicos (“Un día de perros”, “Muy lejos de aquí”…), construye una vez más un mapa sonoro de altísimo nivel. (Kepa Arbizu)

 

manel-atletes-baixin-de-lescenari_260413_1366961343_86_Atletes, baixin de l’escenari (Manel): Ya han pasado 6 años desde que Manel aparecieron con sus instrumentos folkies y su aspecto de nois normals y se convirtieron en protagonistas absolutos de la escena musical catalana. Lo hicieron con un gran disco de pequeñas historias que combinaba el alma trovadoresca de la canción de autor con la delicadeza del pop sensible, y que fue arropado por un brutal entusiasmo mediático que, en ocasiones, llegó a hacer más ruido que sus propias canciones. Tras aprobar con nota la prueba de fuego del segundo disco (que les llevó al número uno en ventas de las listas estatales), llegó este Atletes, baixin de l’escenari, con el que han aparcado su característica complejidad instrumental y arreglística  para darle más protagonismo a la guitarra eléctrica y a las estructuras más austeras. Las texturas son más taciturnas y los estribillos menos identificables que los de sus anteriores trabajos lo que, en un principio, puede llevar a  la decepción del oyente impaciente. ¡No alarmarse!  Futuras escuchas van descubriendo su esencia poco a poco: el humor prudente de Ay Yoko, la arrebatadora melancolía de Banda de rock, la épica literaria de Mort d’un heroi romàntic, la belleza agridulce de A veure que en fem. Envueltas en su sigilo, estas pequeñas joyas conviven con otras más inmediatas: Teresa Rampell y su triunfal galope, Quin dia feia amics y su luminosidad Morriseyniana, Un directiu em va acomiadar y su estribillo sin complejos. El resultado: un tercer asalto que avanza de puntillas para descubrirse de pronto cuando ya ha calado muy hondo. Una nueva demostración del talento del cuarteto barcelonés y la confirmación de una feliz coincidencia: la de que, en este caso, el alumno enchufado es también el mejor de su clase. (Elisenda Hernández Janés)

 

Miss_Caffeina-De_Polvo_Y_Flores-FrontalDe polvo y flores (Miss Cafeína): Max Dingel nunca habría estado en una hipotética lista de propuestas de productores realizada por Miss Caffeína. No por falta de ganas de la formación, claro, si no por considerarlo algo casi inalcanzable. Sin embargo, cuando Warner les brindó la oportunidad de trabajar con el productor de grupos como Glasvegas, The Killers o Muse, la banda firmó a ciegas (acertadamente) su evolución hacia un sonido de evocaciones mucho más electrónicas que en sus pasos previos. Muestra de ello son el single “Hielo T” o auténticas descargas de energía preparadas para introducirse en las pistas de baile como “Disfraces” o “Venimos”. Unas composiciones que se conjugan de forma muy natural con elementos sonoros casi folclóricos, que se acercan, incluso, a la copla, como es el caso de “Tormento”, que abre el disco. Una dinámica que, por ejemplo, también sigue el adorno de trompeta de “Gigante”. Hay quien denomina esto como el acercamiento a la madurez de Miss Caffeína, sin embargo, tiene más sentido hablar de evolución puesto que, desde sus primeras maquetas, los componentes de Miss Caffeina han tenido claro que estaban a lo que estaban. A la música. (Eduardo Moraleda Mazo)

 

light-up-goldLight Up Gold (Parquet Courts): No cabe aquí la eterna discusión sobre el revival, pero estoy muy cansado de grupos cuyo único mérito es parecerse mucho a cosas que molaban hace décadas. Pero es que además aquí da igual. Podremos dedicarnos a decir a qué se parecen Parquet Courts. A muchas cosas. Pero insisto, da igual. El mejor disco internacional del 2013 es simplemente punk rock con la pose justa. Golpear, divertir y a ratos emocionar, es algo que siempre pedimos, pero que en los últimos años apenas encontramos. Y es que la buena música del nuevo milenio parece exigir unas nuevas coordenadas artísticas de corte intelectual ajenas en la mayoría de los casos al disfrute inmediato. Los modelos anteriores están obsoletos, y sólo queda copiar, deconstruir o encontrar nuevos caminos. Pero claro, de repente aparece un disco como Light Up Gold y volvemos a saber que tratan de engañarnos. Que todo es una cuestión de talento, educación sentimental y ganas de pasarlo bien. No disfrutar con «Master of my craft», «Borrowed Time», «Yr No Stoner» o especialmente «Yonder Is Closer to the Heart» implica estar muerto o buscar cosas en la música que tienen más que ver con el hype o con formas intelectuales de entender este arte. Y muchos estamos aquí principalmente para pasarlo bien. (Miguel Andúgar)

 

pink-the-truth-about-loveThe truth about love (Pink): Desde que en el año 2000 Pink fichara con LaFace Records el lanzamiento de su primer álbum Can’t take me home, su música no ha hecho más que crecer. Durante estos trece años de carrera Pink se ha ido deslizando desde el Rithm & Blues hacia sonidos mucho más poperos y rockeros.

Con The truth about love, la norteamericana, se consolida como una de las voces femeninas más personales y contundentes del panorama musical internacional, apartándose de los sonidos de moda en los que parecen inmersas la mayoría de las estrellas del pop femenino.

Lo más increíble de Pink es que ha sido de las pocas artistas en la última década que no ha querido parecerse a Madonna. Su single Try es una auténtica maravilla del mejor pop internacional. (Carmen Moreno)

 

Pony-Bravo-De-Palmas-CaceriaDe palmas y cacería (Pony Bravo): “Sonáis un poco a Triana y un poco a the Doors… pero me gustáis mas vosotros” así de explícitos se muestra en “Mi DNI”, cuarto corte del que hasta la fecha es el mejor trabajo de los sevillanos Pony Bravo, una banda que no viene a contar chistes ni a ser los graciosos del universo alternativo.  “De palmas y cacería” es un disco serio, un disco en el que demuestran un universo plural, un sonido diferenciador y una actitud que en directo gana una poderosa credibilidad. Kiko Veneno los define como una de las sorpresas del año y a las alabanzas de la crítica hay que añadir una respuesta popular más que aceptable para la división en la que juegan. Se auto editan sus discos y ellos mismos los ofrecen gratis en descarga desde su web, se la juegan todo a una carta, al directo y a la posible venta posterior de algún vinilo que caiga a manos de algún romántico del formato. El disco arranca con “Turista ven a Sevilla” donde sacan su lado flamenco para criticar irónicamente el lado más oscuro de su ciudad natal, en “El político neoliberal” juegan con ritmos latinos para mostrarse aun más ácidos si cabe hablando del decadente mundo político. El viaje hace paradas en el hip-hop en la impagable “Mi DNI”, en el turbo-turco con “Zombra de Guantanamo” o flirtea con la electrónica en “Ibitza”. De The Doors hasta Triana hay un viaje largo en los que Pony Bravo hacen paradas para capturar múltiples sonidos e ideas sin caer en el ridículo. (Sergio Valbuena)

 

MoraimaMoraima (Andrés Suárez): El gallego retoma sus canciones de siempre y las graba con uno de los mejores técnicos de sonidos del mundo, Peter Walsh. Con producción de Alfonso Pérez, Suárez recopila canciones que ya había llevado a otros discos menos sofisticados.

Lo que hace grande a Andrés Suárez es esa magia que consigue al casar una música perfecta, con unas letras absolutamente deslumbrantes. Amén de ser el cantante con la voz más rotunda y conmovedora. La sensibilidad de Andrés, su conocimiento del medio musical y la tenacidad han dado como fruto Moraima, un disco avalado por Emi, pero que no ha perdido la frescura y la fuerza de aquel Andrés Suárez que podíamos ver en conciertos en Libertad 8, el Pay Pay, y otros escenarios más pequeños. (Carmen Moreno)

 

portada_electricElectric (Richard Thompson): En un año en el que las “viejas glorias” del rock han sido capaces de publicar discos muy por encima de lo que se esperaba de ellos (David Bowie y Paul McCarney) o mantenido el alto nivel al que nos tienen acostumbrado (Elvis Costello o NickCave), la elección del trabajo de Richard Thompson se ha gestado más en las entrañas que en la cabeza. Menos conocido por el gran público que los anteriores pero con un bagaje tan excepcional como el de cualquiera de ellos, ha logrado una vez más (y eso que son 45 años de carrera) parir un disco intenso y capaz de emocionar al corazón más insensible.

De acuerdo que no es el mejor de su carrera (aunque curiosamente ha llegado más alto en las listas de venta de Reino Unido y Estados Unidos que cualquiera de sus predecesores) pero con el formato de trío eléctrico consigue dar un paso hacia adelante y, sin perder su esencia, explorar algunos terrenos poco habituales en su obra. Es un disco acelerado en el que vuelve a mostrar sus grandes dotes como guitarrista (que en su vertiente más folk queda un tanto deslucida) y compositor, pero ante todo es un disco que te agarra y ya no te suelta… Y, a sabiendas que no es el mejor trabajo de 2013, si que es el que más me ha emocionado y hecho disfrutar, y eso, antes que cualquier otra cosa, es lo mínimo (si no lo único) que se puede exigir… (Diego Puicercús)

 

victoria-misticaVictoria Mística (Triángulo de Amor Bizarro): Victoria Mística fue el primer disco de Triángulo de Amor Bizarro que no me arrebató a la primera escucha. Años de decepciones me llevaron a cometer un error habitual: el grupo había entrado en el saco de jóvenes prometedores seducidos por su propio ego que fracasan al reformular su propio discurso. Pese a no creer demasiado en eso de los discos que crecen en sucesivas escuchas, solo empecé a disfrutar de Victoria Mística oyéndolo de nuevo por razones ajenas a mi voluntad. Y funcionó, convirtiéndose en mi disco español favorito del 2013.

Lo que en un primer momento parece una concesión al pop, pronto se nos presenta como un camuflaje. Puede que la voz de Isa esté mucho más presente que en entregas anteriores; puede que en la primera parte del disco abunden en un intento de recrear antiguos aciertos de himnos pop escondidos entre capas de guitarras densas y sonido lo-fi. Pero finalmente la oscuridad está ahí. La pegada está ahí. Y lo que es más importante: las influencias tan evidentes en los primeros discos aquí se difuminan en presencia de un sonido cada vez más particular, de un universo propio repleto de imágenes particulares, discurso único y ruido pop a raudales. Claro que el último tercio de «Ellas se burlaron de mi magia» es mucho más Pixies que lo que han hecho los propios Pixies en su última reencarnación. (Miguel Andúgar)

 

kanye-west-yeezusYeezus (Kanye West):Lo ha vuelto a hacer. Nos ha vuelto a pillar con el pie cambiado. Kanye West se llevó a su flamante esposa Kim Kardashian a París y allí en un pequeño loft con vistas al Louvre grabó más de tres  horas de música. Por aquellas sesiones pasaron artistas de la talla de Frank Ocean, Daft Punk o Mike Dean y después llegó el toque final con la producción de Rick Rubin al que le dieron el material solo 15 días antes de la edición definitiva. Así nació“Yeezus”, su última obra.

Anclado en la santísima trinidad de la música junto a Jay-Z y a Justin Timberlake Kanye West podría haber tirado por el camino del medio y realizar una segunda parte de su antológico “My Beautiful Dark Twisted Fantasy” (2010) pero siempre ha demostrado que su interés por la música es mayor a sus excentricidades, y eso que estas últimas no son pocas.

Polémico, excesivo, grotesco… fuera del circuito musical no es tan querido como sus compañeros de trono, pero mientras Jay-Z se dedica a otros menesteres, flamante nuevo manager del dios del baloncesto Kevin Durant, y Justin Timberlake culmina su paso desde los circuitos comercialoides Mr.West se erige como el vencedor musical en una obra magna.

Desde el hip hop como punto de partida se traslada a sonidos industriales,”post.punk”, “electrónica”…. En solo 10 cortes se sobra para mostrar un trabajo que rompe con su antecesor y que te hace dudar si estamos ante una de las mejores obras que nos ha dado la música en los últimos años. Sin duda es un disco que puede ser seminal en muchos aspectos, con una mega producción y sonidos que se distancian de lo que ya conocemos. No le sobran dos mega hits como “On Sight” o “Black Skinhead” dos orgías sonoras donde da con la tecla del éxito global. Por sus letras sobre chicas, drogas o su excesivo ego se cuelan referencias raciales que no son casuales. Los sampleos a Nina Simone son claros signos de su lucha racial, esa por la que fue excluida de un coro solo por su color de piel. Tratándose de una niña prodigio que con tan solo 6 años tocaba el piano en una iglesia negra aquel golpe le arrastró toda la vida. Kanye se moja y lo hace con rabia en un disco que transmite esa desazón que puede sentir uno de los reyes del pop del nuevo siglo.  Quizás no esté tan lejos de aquella niña que posteriormente se convirtió en Nina Simone y vivió a muerte como una diva hasta morir en el olvido. (Sergio Valbuena)

 

 

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