Begoña Oro: "Croquetas y wasaps es como un tetrabrik con concentrado de vida"
Esta semana os vamos a hablar de una novela original y brillante: Croquetas y wasaps de Begoña Oro. Una novela diferente y chispeante, con la que he de confesar me he reído, he disfrutado, he sonreído pero también he llorado un poquillo con esas coquetas congeladas y ese dibujo a medio terminar.
Croquetas y wasaps cuenta la historia de una joven, Clara que está enamorada no, enamoradísima del guapo de la clase Lucas. Pero como en todos los cuentos de hadas, éste también se tuerce y entre croquetas y wasaps Clara nos cuenta con sencillez su historia de amor, de desamor y de vuelta al amor.
Begoña Oro tiene esa facilidad, como ya logró en Pomelo y limón con la que ganó el Premio Gran Angular en 2011, para emocionar desde lo más sencillo, de dejar caer lo importante de la vida a través de la historia que viven los protagonistas de esta novela. Por eso puedo asegurar que no es solo una historia de amor entre adolescentes sino también una historia de ausencias, de lo que nos va faltando en la vida, de lo que ya no tenemos y de lo que todos los días echamos de menos.
La novela además de los dos enamorados Clara y Lucas cuenta con otros dos protagonistas de lujo: el abuelo de Clara desenfadado y pasional en eterna guerra de palabras con su madre y Unai, el amigo de Clara, que siempre viste negro y para muchos es más raro que un perro verde. Y en el aire mágico de la abuela de Clara con sus croquetas y su dibujo a medio terminar.
Y todo con un estilo desenfadado, alegro, fresco y muy directo. Croquetas y wasaps como la misma autora comenta“es una invitación a tirarse a la piscina, una vacuna contra la imbecilidad y una lección sobre cómo decir adiós”.
En suma para mí Croquetas y wasaps es una novela redonda, con la que he disfrutado mucho no muchísimo y a la que le doy un gran sobresaliente que pinto en esta reseña con el spray verde fosforito ;).
«¿Te has preguntado alguna vez qué quedará de ti cuando ya no estés? Clara, sí. Justo cuando está al borde de la piscina. Y tiene dos opciones: tirarse de cabeza cuando todo su cuerpo grita para que lo haga, o quedarse quieta tapándose las orejas con las manos».
Croquetas y wasaps
Begoña Oro, como nos confiesa en el tráiler de la novela (¡¡no os lo perdáis!!), no sabe hacer croquetas, pero es “una máquina de hacer libros”. Más de trescientos entre los que ha escrito, ha traducido o en los que ha colaborado: cuentos infantiles, libros de poesía, libros de lecturas, de matemáticas, cuadernos de vacaciones, cómics, cuadernos de escritura y de comprensión lectora, enciclopedias, novelas juveniles… Pero Begoña fue cocinera antes que fraile: durante años fue editora y se hizo experta en literatura infantil y juvenil y en fomento de la lectura.
Con su libro Pomelo y limón ganó el Premio Gran Angular 2011 y también el premio Hache, concedido por un jurado compuesto por más de mil jóvenes. Además ese año el libro ocupó los primeros puestos de todos los rankings de mejores libros de literatura juvenil. Actualmente Begoña mantiene dos blogs elblogdelaoro.blogspot.com.es y ventadelmaestro.blogspot.com.es una cuenta de Twitter @granduquesa, un hijo y una columna dominical en el Heraldo de Aragón. Entretanto, da charlas sobre fomento de la lectura, mantiene encuentros con jóvenes lectores, manda wasaps y trafica con tápers de croquetas. Hechas por su madre, claro.
P. Define en una frase Croquetas y wasaps.
R. Es una invitación a tirarse a la piscina. Espera. ¿Puedo añadir otra frase? Y una vacuna contra la imbecilidad. ¡Ay, solo una más! Y una lección sobre cómo decir adiós. ¡Ah! Y un Bildungsroman (vamos, una novela de formación, solo que dicho dándome pisto y evitando las connotaciones excesivamente didácticas de la palabra “formación”). Y, prometo que la última, es como un tetrabrik con concentrado de vida. Dicho lo cual, solo una aclaración más: no es un libro de autoayuda.
P. ¿Cuándo surge la idea de escribirlo?
R. Andaba por el Himalaya haciendo trekking y una madrugada, al echar a andar, asistí a una lluvia prodigiosa de hojas que caían arrancadas por un viento suave. Pensé entonces en lo fácil que era para los árboles dejar ir a las hojas y en lo difícil que resulta para las personas despedirse. Y me propuse escribir una historia sobre una chica que se aferra a alguien a quien debería dejar ir. Luego la novela creció y creció, y la protagonista también. Y a mí me salieron ampollas.
P. ¿Qué diferencias y similitudes hay entre esta nueva novela y Pomelo y limón (obra ganadora del Premio de Literatura Juvenil Gran Angular en 2011)?
R. Los protagonistas de Pomelo y limón son ahora personajes secundarios de Croquetas y wasaps, mientras que la protagonista de Croquetas y wasaps era un personaje secundario en Pomelo y limón. No es una segunda parte; es una especie de spin-off.
Por otra parte, en Croquetas y wasaps hay amor, como en Pomelo y limón, y también hay, por mi parte, una búsqueda feroz de la palabra exacta. Pero en Croquetas y wasaps hay más humor, y nuevos personajes que tienen una enorme entidad (de hecho, uno de ellos pesa más de cien kilos). Quiero creer que mantengo la frescura de Pomelo y limón, y que he ganado madurez como escritora.
P. ¿Qué ha supuesto para ti haber sido galardonada con el Premio Gran Angular?
R. Ha sido mi “beca” para la creación de Croquetas y wasaps, y me ha dado la oportunidad de conocer a miles de lectores y lectoras a lo largo de encuentros por todo el país. Lo cierto es que si ellos no me hubieran animado a seguir escribiendo, habría invertido la beca en otra cosa. En oro quizás.
P. ¿Qué es lo mejor y lo peor de ser escritora?
Lo mejor: conectar con los pensares y sentires de otras personas. Lo peor: el temor a no lograrlo, el temor a estar absolutamente sola.
Publicado en Pizca de papel