Revisión del segundo sexo
Por Beatriz Cobo Montejo
Siempre es un placer dejarse caer por un teatro con tanta solera como el Lara, pero da más gusto aún encontrarse ese patio de butacas apadrinadas a tope de público, y no de intelectuales y profesionales del sector de las artes escénicas que atienden a la crítica y se retroalimentan entre sí –que también–, sino de gente común, de todo tipo y edad –lo que viene a ser el “público de verdad”. Llamativa la gran afluencia de nacidos antes de los cincuenta.
Pero una función tan alegre y tan bien montada, con tres actrices tan estupendas –las muy payasas Llum Barrera, Mariola Fuentes, y Natalia Hernández–, bien valía este reestreno y la oportunidad de seguir triunfando en una segunda temporada. Se notan el rodaje y la ilusión renovada por seguir llenando de risas cómplices la bombonera de Corredera baja de San Pablo.
Muy de moda se han puesto en los últimos años las obras estructuradas en sketches, que favorecen la diversidad de temas y registros interpretativos, así como el ritmo ágil que requiere una buena comedia. Las historias de mujeres de este manual enlazan –por fondo, estilo, y sentido del humor– con aquella En la Luna vista hace unos meses en La Abadía, inventada por Alfredo Sanzol, quien firma algunas de las escenas, junto con otros aplaudidos y premiados nombres del teatro español actual, como Miguel del Arco, Verónica Fernández, Juan Carlos Rubio, Yolanda García Serrano, y Ana R. Costa. Lo que supone, en definitiva, talento dramatúrgico como base para el resto del equipo artístico.
Según apunta el director, Quino Falero, en la época franquista, “una mujer bien vista debía resultar una mujer invisible”. Desde la mirada contemporánea, las rigideces, exigencias y remilgos que acompañaban a esas mujeres que son nuestras abuelas, despiertan el asombro y casi la indignación; pero, inevitablemente, también la risa. Muchos de los anuncios publicitarios que emitía la televisión de entonces, o las cartillas con pautas de conducta ideal, hoy no sólo serían imposibles, sino efectivamente denunciables. Con tino y medida, y algún guiño a El segundo sexo de Simone de Beauvoir, la obra se compromete con el valor de la educación en igualdad.
Algunas de las escenas más divertidas son: la entrevista a dos hermanas para la admisión de la pequeña en la Sección Femenina –donde debe ser cristianamente adoctrinada como mujer dócil, sufrida, honrada, y patriota–; la brutal exploración ginecológica –con sorpresa de consolación…–; el ensayo pasado por la censura de la copla ‘Échale guindas al pavo’ a lo Conchita Piquer, –¡qué gracia tiene Llum!–; el monólogo de la buena falangista –una descacharrante exaltación de Franco como objeto de deseo sexual–; la tabla de gimnasia-baile aprovechando las labores del hogar, el parlamento monjil de Mariola Fuentes espiando a un grupo de alemanas –de cuando el nazismo era ducharse en cueros… Y genial la irrupción de esas joteras al son del ‘Freedom’ de Aretha Franklin.
Tal vez se echa en falta un uso más imaginativo del espacio escénico-escenográfico, pero el producto funciona, se degusta con agrado, consigue lo que pretende. Muy destacables también los estilismos retro y el espacio sonoro de la función.
El manual de la buena esposa
Reparto: Llum Barrera, Mariola Fuentes, Natalia Hernández
Textos: Miguel del Arco, Yolanda García Serrano, Verónica Fernández, Ana R. Costa, Juan Carlos Rubio y Alfredo Sanzol.
Dirección: Quino Falero
Escenografía y Vestuario: Elisa Sanz
Producción: LAZONA
Lugar: Teatro Lara
Horario de funciones: De martes a viernes a las 20 horas; sábados a las 19 y 21 horas; domingo a las 19 horas.
Precio: 25 euros
Siempre es un placer leer tus criticas pues te trasporta al escenario y ves la obra desde la distancia , sigue así porque nos haces disfrutar cuando lo leemos. Besos.