MARIA MOLINER NO ENTRÓ EN LA RAE
Por Juana Vázquez
HOMENAJE A MARIA MOLINER.
Se cumplen 299 años, casi trescientos de la creación de la RAE, y los tiempos han cambiado tanto desde que en 1972-40 años ya- la Real Academia dejó fuera a María Moliner, que podría parecer que se ha entrado en la normalidad. Pero la equiparación, que no la paridad, está aún lejos. Mientras tanto, habrá que seguir escribiendo que las mujeres son solo una minoría, y que en el camino hacia su incorporación, se han producido bochornosas ausencias. La de María Moliner es la más injusta y una de las más incomprensibles. Los usuarios de su Diccionario, uno de los más completos, útiles y hasta divertidos de la Lengua Castellana, como escribió García Márquez, solemos imaginarnos a la lexicógrafa aragonesa investigando de forma sistemática y disciplinada, rellenado a máquina o a mano sus fichas, y enriqueciéndolas con etimologías y sinónimos. Cualquiera podía pensar que contó con decenas de colaboradores, pero no fue así. La biografía de la lexicógrafa que ha escrito Inmaculada de la Fuente recientemente (El exilio interior. La vida de María Moliner. Turner, 2011), nos hace ver que ella sola llevó adelante y concluyó este ingente trabajo. Fue su compromiso con la lengua y su voluntad de acero lo que propició que su titánica obra saliera adelante.
Los académicos del momento la consideraron una aficionada e incluso una intrusa, al no haberse especializado en Filología (era licenciada en Historia). Optaron por Alarcos LLorach, brillante lingüista. No supieron ver en ella a la maestra de la lengua que era (los propios académicos consultaban su Diccionario) sino la mujer recoleta que parecía conformarse con ser solo bibliotecaria y ama de casa, esto último tan acorde con la época.
Como dice De la Fuente, quizá no sea exacto decir que no entró en la Academia por ser mujer, pero sí se podría afirmar que no fue lo bastante votada por no ser hombre. El ingreso de Moliner suponía una revolución en la institución y prefirieron cerrarle la entrada a Moliner poniendo frente a ella a un peso pesado. ¿Se habrían atrevido a apoyar a Alarcos Llorach de haber sido Moliner hombre?
La biografía sobre María Moliner que acaba de publicarse analiza estas cuestiones y detalla las diferentes posturas entre los que apoyaban a la lexicógráfa, como Rafael Lapesa y Pedro Laín Entralgo y otras voces, como la de Cela, que consideraban “ñoño” el enfoque del Diccionario de doña María. Las reticencias de Cela tal vez se debieran a que el DUE no recogía ningún taco en sus entradas. Un déficit que no empaña la complejidad y riqueza de su Diccionario. No cabe duda de que María Moliner dio un impulso decisivo a la lengua y redactó de nueva planta muchos términos que habían quedado obsoletos y que el diccionario de la RAE no había abordado entonces. Tal como se desprende de esta exhaustiva y a veces emocionante biografía, sólo una mujer con su capacidad de trabajo y su ambición intelectual podía haber terminado una empresa tan colosal. Es una lástima que no fuera reconocida en su momento. Al menos, después de su muerte, los reconocimiento no han cesado. ¡Son incontables las bibliotecas, colegios o institutos que llevan ya su nombre! E innumerables los escritores, traductores y estudiantes de español que usan a diario su obra. Y ahora recibe el homenaje de sus colegas, en los treinta años de su jubilación como bibliotecario. Espero que haya más reconocimientos no nace todos los días una mujer así. En fin, pudo ser la primera que entrara en la Academia, pero no pudo ser. Será para siempre la autora del imprescindible Diccionario de Uso del español.
¿La RAE es esa institución que hecho que el “leísmo” ibérico sea “oficial” y por esto, que cualquier periódico español, libro traducido en España o programa de TV/pelicula traducidos en España sean horrendos de leídos/escuchados?
¿Son los que han hecho que me tenga que pasar el día explicándole a mi hijo: no, no se dice “le quería mucho”, se dice “LO quería mucho”?
¿Si?
Pues bien, ahora esta claro por qué hay cierta gente que entra en la RAE y cierta gente que no.
Otra de lloros por injusticia a la mujer? Me importa un bledo quién entra o quién sale de ahí. A ver cuando empezamos a cerrar organizaciones que no sirven para nada. Y Javier, peor que el le y el lo, veo carné y clú. Resultan patéticos.
Deseo constatar que las dos opiniones que he leído son de paletos y descerebrados. Me sorprende que puedan escribir.
It’s a shame!
Perdona, ¿que la RAE es una organización inútil? ¿Y quién te crees que se dedica a normalizar la lengua para que todos los libros que tú lees estén bien escritos? ¿Quién da unas normas para que la lengua no decaiga? Veo que no te has pensado lo que has dicho de la Real Academia (la institución encargada de cuidar eso que TODOS usamos todo el día, todos los días).
Con respecto a los leísmos, lo que ha ocurrido se llama evolución de la lengua. Sí señores, la lengua evoluciona. Cuando el uso de ciertos aspectos lingüísticos se hace extendido entre los hablantes, se acepta su uso. Antes se escribía “Magestad”, por ejemplo. Si no se hubiera dejado que la lengua evolucionase, seguiríamos hablando como hablábamos hace siglos.
Errata: LLorach -> Llorach
PD: más información en http://www.larazon.es/noticia/4118-maria-moliner-la-mujer-detras-del-diccionario (sí, La Razón una vez al año publica un artículo que no es basura).
La RAE es otra víctima de la decadencia cultural española. Al igual que el Círculo de Bellas Artes o rl Instituto Cervantes, se ha convertido en otro club de amigos cuyos cargos y honores se reservan a amiguetes vinculados a ciertos grupos de influencia (cuidando de mantener cierto equilibrio político). Por eso tenemos y hemos tenido de académicos a inexplicables como Mingote, Anson, Reverte, Marías o Fernán Gómez. Por eso las reformas absurdas de la ortografía, por eso la vergonzosa calidad del diccionario (compárese con diccionarios de inglés o de alemán, idiomas SIN academia).
Toda la vida me ha parecido lo único de fiar esa RAE con la que veo que gente como Javier no comulga.
Yo soy vasca y en la escuela aprendí muy bien castellano.En mi casa se ha hablaba muy bien tanto en euskera como en castellano.El leísmo del que hablas aquí,en el país vasco,no existe.Y no es leísmo,estás muy equivocado,utilizar el LE cuando es complemento directo y se refiere a personas.Puedes decir “le he visto(a Juan o a María),lo he visto(a Juan),la he visto(a María).Leísmo es decir por ejemplo “te le presto” cuando ese LE sustituye a un objeto,como puede ser un libro o un coche.
No enseñes al niño cosas que no dominas y que están equivocadas..