«Como regla suprema de toda sabiduría de la vida considero el principio enunciado de pasada por Aristóteles en la Ética a Nicómaco: “El hombre prudente no aspira al placer sino a la ausencia de dolor”. […] Su verdad se basa en que todo placer y toda felicidad son de naturaleza negativa, mientras que el dolor es de naturaleza positiva. […] Cuando todo el cuerpo está sano y en buen estado, con excepción de una pequeña herida o un punto doloroso, aquella salud del conjunto no aparece ya en la conciencia sino que la atención se dirige constantemente al dolor de la parte lesionada y desaparece la sensación vital de bienestar.
[…] Por consiguiente, quien quiera obtener el resultado de su vida desde el punto de vista de la felicidad tendrá que hacer la cuenta, no según las alegrías que ha disfrutado, sino según los males a los que se ha sustraído. De hecho, la búsqueda de la felicidad ha de comenzar por enseñar que su mismo nombre es un eufemismo y que por “vivir feliz” sólo se puede entender “vivir menos infeliz”, es decir, de manera soportable. En efecto, la vida no existe realmente para ser disfrutada sino para superarla, para despacharla. […] En consecuencia, tiene la más feliz fortuna aquel que pasa su vida sin excesivos dolores espirituales ni corporales, y no aquel a quien le caen en suerte las más vivas alegrías o los mayores placeres. […] Pues los placeres son y siguen siendo negativos: la idea de que hacen feliz es una ilusión que alberga la envidia para su propio castigo. En cambio, los dolores son positivamente sentidos: de ahí que su ausencia sea la medida de la felicidad en la vida. Si a un estado indoloro se añade además la ausencia de aburrimiento, se alcanza en esencia la felicidad terrenal: pues lo demás son quimeras. […] El necio persigue los placeres de la vida y se ve defraudado: el sabio evita los males».
Muy bueno el texto
Gracias por la lectura, Javier. Aunque es de mis autores favoritos, he de reconocer que no se le valora suficientemente en el ámbito filosófico. Aun así, intentaré subir de vez en cuando algún texto de Schopenhauer en el que, al menos, se presenten sus ideas a modo de germen.
¿Habría sin búsqueda de felicidad esa infelicidad de la que se huye?
Hola, Almorro,
Gracias por el comentario y por la cuestión que planteas. ¿Existiría la infelicidad sin búsqueda de felicidad?
Desde luego, esta pregunta daría para escribir decenas de páginas, pero intentaré responderte brevemente. Schopenhauer, ya al comienzo de esta parte de la obra donde se recogen los «Aforismos» («Parerga y Paralipómena I», publicada en 1851), explica que «… la exposición que aquí se va a ofrecer se basa en cierta medida en una acomodación, por cuanto se queda en el usual punto de vista empírico y se aferra al error de este».
¿A qué error se refiere aquí Schopenhauer? En su obra capital, «El mundo como voluntad y representación» (Capítulo 49 del segundo volumen) el autor afirmaba que el error innato [angeborenen Irrthum] del hombre es pensar que ha nacido para ser feliz. La felicidad [Glück] es lo que llamamos a la sucesiva satisfacción de nuestro querer [die successive Befrieigung alles unsers Wollens]. Pero nada más.
Así que, en este sentido, hay que valorar que Schopenhauer se mueve en dos planos distintos al realizar ambas afirmaciones: 1) la de que existen ciertas guías (los «Aforismos») que nos pueden ayudar a buscar la felicidad, y 2) la de que no es posible encontrar en este mundo la felicidad (debido a nuestra extrema y constante mendicidad y dependencia que nos causa nuestro eterno querer). El primer aserto corresponde a lo empírico, a «lo que vemos»; el segundo, a lo metafísico, a la esencia del mundo, que para el filósofo es «voluntad», una voluntad que no cesa nunca de querer.
El problema que planteas lo podemos rastrear en la historia de la filosofía desde sus principios. ¿Podemos ser felices? ¿Qué es felicidad? ¿Es la búsqueda de felicidad lo que nos causa tanta infelicidad?
Sea la respuesta a estas preguntas la que sea, Schopenhauer intenta convencer a sus lectores (más a los que conocen su filosofía que a los que tan sólo han leído sus obras divulgativas, y por tanto, no especializadas) de que busquen o no la felicidad, siempre se darán de bruces con la realidad subyacente, que es dolor, decrepitud y desgaste. Toda alegría o gozo es, a fin de cuentas, engañoso [trügerisch]. Debemos desistir de aquel «error innato» u originario. El auténtico fin de la vida es el abandono de la voluntad de vivir [die Abwendung des Willens], y por tanto, del sufrimiento.
Así, desde la perspectiva de este filósofo, sólo nos queda hacernos conscientes de la imposibilidad de encontrar la felicidad, al menos, en este mundo -busquémosla o no intencionadamente.
Espero sea de provecho este comentario, Almorro.
Un saludo cordial, y gracias de nuevo.
Independientemente de lo provechosa que haya podido ser tu respuesta, que lo ha sido, de lo que no cabe duda es de su excelencia.
En mi opinión, podemos buscar la sensación de felicidad en cada uno de nuestros actos pero, alentados por esa voluntad insaciable de la que nos habla Schopenhauer, estamos abocados a darnos de bruces con la insatisfacción más absoluta, acérrima enemiga de la felicidad. Es por ello que, casi con total seguridad, se es más feliz sin esperar serlo, que buscándolo.
Saludos.
Gracias de nuevo, Almorro. En cualquier caso, todo depende de las opciones personales de cada cual…
Si te interesa la filosofía de Schopenhauer, te invito a descargar el índice analítico que tengo elaborado sobre el primer volumen de «El mundo como voluntad y representación»: http://apuntesdelechuza.wordpress.com/2010/07/31/indice-analitico-el-mundo-como-voluntad-y-representacion-a-schopenhauer/.
Un saludo cordial.
Carlos Javier,
Muchas gracias por compartir tu conocimiento sobre este autor. He descargado el índice que has elaborado de tu blog y me parece jugosísimo. ¿Has pensado en ofrecerlo a alguna editorial? Para los que llevamos un tiempo en «esto de la Filosofía» es muy importante contar con guías tan completas como la que nos sugieres.
Un cordial saludo.
PS: Tu serio trabajo ha ganado un seguidor, pero echo de menos en Culturamas un lugar más especializado en filosofía. ¡A ver si os animáis!
Muchísimas gracias, Philosopher. Puedes pasarte cuando quieras por mi blog, será un placer recibirte, y por supuesto, también en Culturamas.
Valoraremos la sugerencia de abrir un espacio más «estrictamente» filosófico. Gracias también por la idea; es un gusto topar con gente interesada en nuestra disciplina.
Un afectuoso saludo.
El vuelo de la lechuza, apuntado. Tiene muy buena pinta.
Saludos.
Como aforista, muchas gracias.
Dos aforismo de la humilde cosecha.
La razón saltó del lecho para escribir, pero olvidó que el corazón aún dormía.
…
La grandeza de una obra eleva el nivel de exigencia del lector.
Que nivel habéis mostrado caballeros.
Me interesan otros puntos de vista, gracias
Lujoso articulo!!!