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Anécdotas

Por Javier Moreno.

Hay una frase de Mérimée que se ha convertido en constante motivo de reflexión, quizás porque a mí me ocurra otro tanto. La frase dice que “De la historia sólo me interesa lo anecdótico”. Lo anecdótico etimológico es aquello que no se da a publicar, que no aparece en los libros. Propenso como soy a las sustituciones metafóricas pienso que dicha frase podría aplicarla a las historias personales y a las historias literarias. Lo anecdótico sería aquello que queda de una vida cuando desaparece el esqueleto de la ‘biografía’, lo que queda de una narración cuando uno se ocupa de borrar meticulosamente la trama. Pondré dos ejemplos. El primero, relacionado con la  biografía. Piensen en aquella memorable escena de Ciudadano Kane, cuando el protagonista primero toma en la mano y luego deja caer esa bola-souvenir que contiene una casa en miniatura y partículas que flotan a imitación de los copos de nieve. El segundo, literario. Una frase entresacada de Autobiografía, de Edouard Levé. La frase de Levé dice, sencillamente, “He pasado dos meses de verano en una furgoneta roja”. Tanto la escena de la película de Orson Welles como la frase de Levé me parecen fascinantes. Hay algo en lo anecdótico que me resulta difícilmente distinguible de la mejor poesía. Desde hace algún tiempo llenan la mesa del salón y la mesilla de la cama libros que tienen que ver con lo anecdótico. Veo lo anecdótico en el pensamiento de la singularidad de Alain Badiou (La filosofía, otra vez, Errata Naturae). La singularidad, al decir de Badiou, es indistinguible de la verdad filosófica. Alexander Kluge detecta lo anecdótico y lo describe en los pequeños relatos de El hueco que deja el diablo (Anagrama), porque, como dice la conocida sentencia, “el diablo habita en los detalles”. Me he convertido en un cazador de lo anecdótico: en los libros, en mi propia vida, en las vidas de los demás. A veces creo que no hay mejor destino en esta vida que devenir anécdota. Terminaré con un par de noticias entresacadas de ese fabuloso anecdotario que es Vanishing Point, del recientemente fallecido escritor norteamericano David Markson. ¿Sabían que Moe Berg, el famoso jugador de béisbol -y espía norteamericano- que a punto estuvo de acabar con la vida de Heisenberg era familiar de Allen Ginsberg; o que el tío de Kafka fue director de los ferrocarriles españoles?

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